Los feligreses guatemaltecos reanudaron las tradiciones de Semana Santa, esto tras una pausa por la pandemia de Coronavirus. Este Jueves Santo, decenas de fieles realizaron la visita a siete altares o “sagrarios” en donde llegan a venerar a Jesús Sacramentado.
“Es una costumbre de Guatemala que demuestra la gran devoción a Jesús Eucaristía. Hay persona que ofrecen por compromiso o para reconocer la grandeza de Dios por milagros o solicitudes acercarse a los siete altares para venerar y glorificar a Cristo”, detalló Fray Enoc Zeledón.
Según medios católicos, la tradición es que cada iglesia, después de la Misa de la Cena del Señor, guarda el Santísimo Sacramento en el tabernáculo y erige un monumento en señal de acción de gracias a Jesús por su Sagrada Pasión con la que redimió con amor al mundo. Los fieles que visitan los monumentos están invitados a hacer también una oración de reparación por el abandono con que frecuentemente se le deja en el Sagrario y la poca frecuencia a la Santa Misa y Comunión.
Este año se notó un incremento de visitantes, esto luego de las restricciones por Covid-19, en el cual decenas de fieles se acercan a los altares, en oración, para agradecer o solicitar bendiciones a Jesús Sacramentado. El religioso agregó que para los católicos este es un tiempo de oración, bendición y preparación para la Fiesta Pascual, que se celebra el próximo sábado.
Decenas de guatemaltecos retomaron esta Semana Santa las tradiciones, tras dos años de pausa por la pandemia de Coronavirus. pic.twitter.com/ffAizn2LXf
— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) April 15, 2022
Por medio de las redes sociales, el Arzobispado de Guatemala recordó a los fieles católicos los acontecimientos que se conmemoran cada Jueves Santo. Estos son:
- La última cena
- El lavatorio de pies
- La institución de la eucaristía y sacerdocio
- La oración de Jesús en el huerto
Papa Francisco retoma tradición
El papa Francisco celebró este Jueves Santo en una prisión italiana el tradicional ritual de lavado de pies a una docena de reclusos, informó el Vaticano.
Francisco, de 85 años, se desplazó a la cárcel de Civitavecchia, a unos 80 kilómetros al noroeste de Roma, para la ceremonia, que se llevó a cabo sin la presencia de la prensa.
“El papa Francisco repitió el gesto de Jesús durante la Última Cena, cuando el Señor lavó los pies a sus discípulos como signo de amor y de servicio e impulsado por las vejaciones, a 12 detenidos, hombres y mujeres, entre ellos personas de diferentes edades y de diferente nacionalidad”, precisó en un comunicado la Santa Sede.
El papa retomó así uno de los ritos que comenzó durante su pontificado, hace nueve años.