Guatemala llega hoy a sus 200 años de Independencia, una fecha que pasará a la historia del país, porque el Bicentenario ocurre cuando la crisis sanitaria por Covid-19 sigue impactando a la población y esa situación lleva a las autoridades a suspender todas las actividades relacionadas con el 15 de septiembre.
No es necesario ser extraordinarios para ser guatemaltecos, pero todos los nacidos en la tierra del quetzal son extraordinarios, conozca las historias de estos “chapines” que con esfuerzo y entrega buscan ser mejores ciudadanos y construir una mejor Guatemala.
¡Conózcalos!
Gustavo Cerna y su marimba “Mi Bella Guatemala” son parte de los atractivos que se encuentran en el Paseo de la Sexta.
El hombre de 77 años dijo estar muy orgulloso de su país y de tocar un instrumento de percusión que, desde 1999, es un símbolo patrio. Todos los días, desde hace tres años, a Gustavo lo acompañan otras dos personas y juntos tocan un repertorio de 150 melodías.
De esa forma, el marimbista demuestra su amor por el país centroamericano y aprovecha para ganar dinero, pues debe costear las hemodiálisis de su esposa.
Alejandro Hernández
Trabaja en la carnicería Nineth, ubicada en el segundo nivel del Mercado Central, la cual se abrió hace 24 años.
Hernández aseguró sentirse muy orgulloso de ser guatemalteco, pero cuestiona la corrupción de los funcionarios, así como los abusos que cometen algunos agentes de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) y de la Policía Nacional Civil (PNC).
El comerciante confía en que Guatemala puede cambiar y convertirse en un país con mejores oportunidades para todos sus ciudadanos.
Marco Tulio Mendoza
Marimbas, quetzalitos, monjas blancas, ceibas y los demás símbolos patrios se pueden encontrar en la piñatería La Jirafa, lugar donde trabaja este hombre de 31 años.
El chapín dijo sentirse orgulloso de haber nacido en un país tan diverso como Guatemala e insta a cuidarlo protegiendo los recursos naturales y dejando de tirar basura en la calle.
“Debemos cambiar nuestra actitud y dar lo mejor a nuestra patria”, comentó.
Paola Morales
Es una mujer que todos los días demuestra su amor a Guatemala respetando las medidas de bioseguridad establecidas por las autoridades para evitar el contagio de Covid-19 en el comedor Rosita, ubicado en el segundo nivel del Mercado Central.
En el local que su madre abrió hace 33 años se preparan diversos platillos tradicionales, los cuales se pueden degustar a precios accesibles. “Cocinar con amor y por nuestra patria es nuestro lema”, comentó al ser entrevistada en una de las mesas del lugar.
Clara Ortiz
“Por las venas me circula el amor por Guatemala”, así lo confirmó Clara Ortiz, una mujer de 65 años que manifestó su nostalgia al saber que, por segundo año consecutivo, quedaron suspendidas las actividades relacionadas con el 15 de septiembre, un día que, para ella, significaba ingresos, pues desde hace 15 años trabaja como vendedora de golosinas en el Centro Histórico.
Sin embargo, es optimista y confía en que pronto se acabará la enfermedad de contagio y su negocio volverá a prosperar como el de muchos otros guatemaltecos.
Aracely López
“Me siento feliz de vivir en Guatemala, este año ayudé a una de mis nietas a hacer un altar cívico, era una tarea de la escuelita”, dijo Aracely López, propietaria de La Colocha, un negocio que se caracteriza por vender todo tipo de implementos de cocina y que se ubica en la 8a. avenida y 8a. calle de la zona 1 capitalina.
Antes de la pandemia, Aracely demostraba su patriotismo corriendo con las tradicionales antorchas, que por segundo año consecutivo, por el Covid-19, no se realizaron.
Alicia Ruano
Banderas, banderines, pabellones, astas, pistos, vuvuzelas, pitos y mascarillas alusivas al 15 de septiembre vende Alicia Ruano en su negocio móvil con el que recorre las diferentes calles y avenidas del Centro Histórico.
Ella es otra guatemalteca que se siente dichosa de haber nacido en el país de más de 16 millones de habitantes y que aseguró estar admirada por la lucha diaria de las mujeres. “El Covid-19 nos ha bajado las ventas, pero vivimos en un país en el que podemos seguir adelante, que nada nos detenga”, indicó la comerciante de 54 años.
Josefa Herrera
En la surtidora La Típica hay una variedad de artesanías guatemaltecas. El negocio, ubicado en el Mercado Central, es administrado por su propietaria, Josefa Herrera, de 48 años.
El amor al país trata de demostrarlo todos los días al trabajar honradamente e inculcar lo mismo a sus hijos, quienes junto con su esposo la acompañan en el local.
“Somos un país privilegiado por la belleza cultural y natural e insto a las personas a preservarla y conservarla”, dijo la comerciante originaria de Momostenango, en Totonicapán.
Pablo Muñoz
“Me siento orgulloso de todo lo bello que tiene Guatemala”, comentó Pablo Muñoz, originario de San Lucas Sacatepéquez, cuando salía del centro de vacunación contra el Covid-19 instalado frente al Palacio Nacional de la Cultura.
Para él, completar su esquema de inmunización, es una manera de expresar su amor por su familia y por la tierra bendita que le ha dado la oportunidad de crecimiento personal y profesional.
Magda Ramírez
Para ella será difícil olvidar este 15 de septiembre, porque hoy es cuando le administrarán la segunda dosis de la vacuna Sputnik V.
“Estoy muy orgullosa de ser chapina. Primero, porque nací en la tierra del quetzal, y segundo, porque soy una mujer maya de Quetzaltenango, de donde es la ‘Luna de Xelajú’, el considerado segundo himno de Guatemala”, comentó la voceadora de 62 años, y que por su oficio está enterada del acontecer nacional.
Por esa razón, recomendó a las personas a actuar con prudencia y respeto a las leyes del país, así como acatar las medidas que han tomado las autoridades de Salud ante la pandemia del Covid-19.