El cardenal Álvaro Ramazzini ofició varios servicios religiosos este domingo 20 de octubre. Uno de los cuales fue escuchado por la feligresía católica en la Catedral Metropolitana.
Allí el prelado habló de varios temas, pero en especial, de cómo su mamá lo acompañó a Roma, para presenciar el momento en el cual el papa Francisco lo designó como jerarca de la iglesia en Guatemala.
Los medios de comunicación del Vaticano dieron a conocer el domingo 1 de septiembre que 13 obispos en todo el mundo serían nombrados para integrar Colegio Cardenalicio
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Cardenal Álvaro Ramazzini oficia segunda misa este domingo, ahora en la Catedral Metropolitana. https://t.co/4oDKmlLsyK pic.twitter.com/ZfKRFyk5P6— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) October 20, 2019
En un acto que se realizó el sábado 5 de octubre Ramazzini y los otros religiosos recibieron de manos del papa su llamamiento.
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La historia que contó Ramazzini
La mamá de Ramazzini es una mujer de 96 años, cuando supo que él sería el máximo jerarca de la iglesia en el país se emocionó y le pidió que la llevara con él al Vaticano, no quería perderse esa experiencia.
“Cuando le dimos la noticia ella dijo: Yo voy”, entonces él habló con sus tres hermanos que viven fuera del país para preguntarles si estaban de acuerdo en que su mamá le acompañara. Todos respondieron que si.
Además, se consultó con el médico, para conocer si su estado de salud no sería un impedimento para que ella realizara el viaje. La respuesta del profesional de la medicina fue: “Llévensela, solo que tome sus medicinas”.
“Cuando fue el consistorio yo le dije al papa: ‘Santo Padre, aquí está mi mamá y me encantaría que le diera un saludo, …sabiendo el protocolo’. El papa me dijo: ‘¿Antes o después de la celebración?’. Le dije: ‘Santo Padre, usted decide'”.
La segunda parte de la historia fue construida con referencias de otros cardenales, dijo Ramazzini.
“Él –el papa– mandó a llamar a uno de los que hacen su protección, no pude verlo, pero dicen que a mi mamá la fueron a traer en silla de ruedas, llegó y el papa la saludó y le dio un rosario. Lo cuento no tanto por mi mamá, sino por el papa porque qué gesto tan humano”, dijo.
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