Diciembre está lleno de tradiciones y costumbres; sobre todo en Guatemala, donde el folklor se pone a la orden del día con olores y sabores, propios de la época de fin de año.
Desde principios de mes, comienza a sentirse el aroma del incienso, la mirra y el pino verde, con las instalación en hogares y comerciales del Árbol de Navidad, procedente de Alemania, de donde llegó a Estados Unidos, y de ahí prácticamente a todos los países de América.
El 7 de diciembre de conmemora la Quema del Diablo, que da paso a las festividades de la Concepción, con lo cual queda formalmente abierta la celebración de las fiestas navideñas y de Año Nuevo.
A partir de entonces, también se pueden observar Las Posadas, que son pequeñas andas que llevan en procesión las imágenes de San José y la Virgen María que claman por techo en los días previos a la Navidad.
Ya llegados los días de Navidad y Año Nuevo, los preparativos en familia incluyen el adorno del hogar con bombas de cristal y figuras navideñas, así como la elaboración en algunas casas del Nacimiento del Niño Jesús.
No pueden quedar fuera, por supuesto, los platillos de la gastronomía chapina. Los tamales, el ponche, el chocolate y, en algunos casos el pavo horneado.
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