Recientemente se celebró a nivel nacional la Quema del Diablo, la misma se realizó, con la quema de piñatas o estructuras gigantes elaboradas de distintos materiales, pero en San Cristóbal Totonicapán, hay una tradición que se originó desde hace más de cien años, según la historia, y es el recorrido de los diablos desnudos.
Los primeros diablos que salieron en el referido municipio utilizaban trajes confeccionados en las morerías del lugar. La ropa y las máscaras más antiguas datan de 1,880 y se encuentran en una de las viviendas de la familia Tistoj, quienes prestan las máscaras y ropa a los jóvenes que deseen salir a las calles y avenidas del “Valle de la Felicidad”.
En el año de 1925, el alquiler de estos trajes, para una tarde costaba Q.3 cuentan los historiadores. Los mismos eran formados por mascaras de madera con cuernos de chivo y orejas hechas de cuero.
Salen los primeros diablos desnudos
Entre los años de 1935 a 1940, salieron los primeros diablos desnudos, donde se reconoce a Juan Gonón como uno de los fundadores de esta costumbre. Las personas que representaban a los diablos usaban pegamento hecho de papa cocida y pelusa de tela (pelusa del telar) pegada al cuerpo, alas hechas de cartón y caites.
La tradición se celebra el 7, 11 y 12 de diciembre
Esta tradición se celebra en San Cristóbal Totonicapán el 7, 11 y 12 de diciembre de cada año, aunque con la diferencia de que ahora quienes personifican al “diablo” son pintados con diseños de moda, confeccionando su atuendo con prendas llamativas, sin importar las condiciones del clima.
Con información del corresponsal Alberto Chaclán
