El gobierno y autoridades deportivas hondureñas anunciaron este lunes que buscarán solución a la violencia de las barras de los equipos de fútbol, que el sábado dejó cuatro muertos previo al clásico entre Olimpia y Motagua.
Al menos dos de los jóvenes murieron por golpes con barras de hierro, palos, piedras y patadas, según videos que circularon en redes sociales y causaron conmoción en el país.
El secretario de la liga nacional de primera división, Salomón Galindo, anunció la celebración de una reunión el martes de los dirigentes de los diez equipos con el fin de adoptar las “medidas necesarias para evitar que esto vuelva a suceder”.
Galindo consideró que la forma de prevenir la violencia sería instalar cámaras en los estadios y alrededores, lo cual requiere una “inversión enorme”.
“Tenemos que sacar a estos criminales de la barras”, anunció en rueda de prensa el presidente Juan Orlando Hernández, quien añadió que uno de los responsables de las muertes fue detenido por la policía. “Todos los culpables van a caer, si no es hoy será mañana”, aseguró.
Los incidentes ocurrieron cuando el bus que transportaba al Motagua fue atacado a pedradas y botellazos por aficionados del Olimpia, rompiendo los vidrios e hiriendo a tres jugadores que requirieron atención en una clínica.
Minutos después, la directiva de la primera división comunicó la suspensión del encuentro, tras lo cual aficionados de los equipos se enfrentaron con palos y piedras, con un saldo de diez heridos.
Los heridos fueron trasladados al Hospital Escuela, donde tres fueron declarados muertos. Horas después murió el cuarto a causa de las lesiones.
La policía lanzó bombas de gas lacrimógeno para terminar el enfrentamiento.
Según el estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, medio centenar de personas han muerto por enfrentamientos de barras de equipos de fútbol desde 2003.
