El sol se muestra apacible, es una buena señal mientras ingreso a la Federación Nacional de Tenis en zona 15. Observo y ahí está… Rut Mercedes Galindo Tello realiza su entreno en cancha central; preparo la cámara y me dispongo a captar las postales que darán vida al relato de esta chica que descolla en el deporte blanco y la cual comparto con ustedes lectores.
Encontrar nuestro talento no siempre pasa a la primera, algo que le ocurrió a Rut Galindo, quien de los cuatro a los siete años de edad practicó gimnasia en la Federación Nacional, junto a su entrenadora Miss Margarita. Quién diría que ahora derrocha talento con la raqueta, preparándose para competir junto al equipo guatemalteco en la Copa Federación (Fed Cup), la cual tendrá lugar en Santo Domingo, República Dominicana, del 16 al 20 abril de 2019.
La número dos del ranquin ITF Junior de la Confederación de Tenis de Centroamérica y el Caribe -Cotecc- se percata de mi presencia; un saludo gentil me advierte que pronto terminará el entreno y dispondré a lanzar mi primer pregunta, una de cajón para romper el hielo… ¿Cómo surgió esa pasión por el tenis?…
Su primer contacto con este deporte fue por sus hermanos, uno de ellos quería jugar bádminton, pero su mamá Heidy Tello de Galindo decidió involucrarlos al tenis. Fue así como la pequeña Rut empezó a viajar desde los cinco años a los torneos nacionales y centroamericanos de su categoría.
“Ahí me comenzó a gustar, a los siete años comencé a jugar, pero dos veces por semana; luego a los nueve años, ya venía todos los días un solo turno, y a los 12, inicié mañanas y tardes”, cuenta aunque aún no estaba segura en dedicarse de lleno a este deporte. “Cada fin de año decía, no, no, no, ya no quiero seguir jugando, pero iniciaba otro año y seguía. A los 14 años, decidí jugar tenis en serio, porque es un deporte de mucha disciplina, responsabilidad, concentración y eso forma carácter para toda la vida” comenta.
ENTRE METAS CUMPLIDAS
Mientras conversamos en los graderíos, recordé la primera vez que vi a Rut, un lejano 2015 cuando perdió en segunda ronda de la Copa Universidad Galileo ante la mexicana Alexia Coutiño. Una muestra que el camino no ha sido fácil, pero, pese a ello, su motivación nunca claudicó y por el contrario le permitió trazarse metas.
“Los torneos en Guatemala me ayudan mucho porque desde chiquita compito con gente buena de otros países, eso motiva a llegar al mismo nivel que ellos y a ponerme metas, porque algún día quise ganar la Copa Galileo y la Copa Mundo Maya. Gracias a Dios pude ganar las dos”, comparte Rut, con una satisfacción que se refleja en su rostro pues es la actual monarca de la Copa Galileo (hazaña conseguida en febrero del 2019).
Sin embargo, en ese cruce de recuerdos, sobresale el título obtenido en la Copa Mundo Maya 2018, no solo por ser su primer título en Guatemala; sino por lo que significó para ella. “Es uno de los que siempre recordaré porque me cuesta mucho jugar acá, me pongo muy nerviosa, con mucha presión, por los pequeños que me observan. Fue un sentimiento lindo ganar en casa… con mi gente”.
SU SEGUNDA VEZ EN FEDCUP
El sonido de redoblantes, bombos y liras irrumpen por un instante la conversación, esa perfecta concordancia que emite una banda escolar del lugar, me recuerda la sincronía que se requiere al jugar en equipo, así surge mi siguiente pregunta ¿Será un importante desafío tu próxima participación en la FedCup?
Antes de conocer su contestación, es necesario acotar que será la segunda participación de Rut en uno de los máximos eventos del tenis. Su debut fue en el 2016, en la eliminatoria por el ascenso al grupo I, junto a Andrea Weedon y Melissa Morales, en Bayamón, Puerto Rico.
“Mi primer partido fue un dobles cuando ya se había ganado la serie. No tenés idea lo que fue, estaba pálida y nerviosa, jugando con Melissa; ella se reía de mi, terminamos ganando, fue muy chistoso. Siempre fue mi sueño no solo ir a FedCup, sino ir junto a Andrea y Melissa y aprender de ellas”, expone la juvenil que cumplirá 18 años el próximo 4 de abril.
Ahora su respuesta. “Representar a Guatemala es lo más lindo que hay. Este año espero que nos vaya bastante bien. Voy segura y más madura, pues he hecho un buen entreno antes del viaje a República Dominicana”, indica Rut, quien junto a Andrea, Melissa y Gabriela Rivera, dirigidas nuevamente por el capitán Anthony Vásquez, lucharán, en cancha dura, por el ascenso en el Grupo II de América contra Cuba, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
No pude obviar la forma como se expresaba al mencionar a Andrea, la raqueta número uno femenil en Guatemala. Así que, aunque sabía lo que diría, consulte a quien admiraba, “Andrea (sonríe)… la he admirado desde pequeña, es un ejemplo a seguir para mí. Después de su lesión, se retiró y regresó, todo lo que ha logrado es algo que también quisiera hacer. Me ha enseñado y apoyado mucho. En los entrenos siempre está conmigo, cuando me voy a los torneos también me escribe; tener el apoyo de ella es algo muy lindo porque siempre ha sido mi ejemplo”, enfatizó.
DIGNA REPRESENTANTE DEL TENIS FEMENINO
Para Rut entrenar junto a hombres no es nada inusual, lo hizo al lado de sus hermanos y ahora con sus amigos. Pero, ¿Es mejor prepararse con hombres? firme y sin vacilar dice: “Te exiges más, tenés que estar cien por ciento concentrado. Me gusta más que entrenar con mujeres, porque ayuda física y mentalmente a enfrentar en torneos mayores a niñas de mayor exigencia”.
Si alguna vez la ven, se darán cuenta de las facetas que la caracterizan. Fuera de la cancha, siempre sonríe, porque “siempre hay muchas cosas por las que se debe sonreír”. Pero en la cancha surge el cambio, se vuelve seria, su rostro cambia totalmente, se concentra, y si hay frustraciones se enoja y lo refleja, “Mi cara dice mucho, habla mucho por mí. Estoy trabajando en eso, tratando de no enojarme, de no perder la calma”.
Fue en ese instante que recordé a alguien vital en la vida de Rut, precisamente estaba sentada en las gradas y luego desapareció durante la entrevista, me refiero a su mamá Heidy. “Ella siempre me lleva, me trae a todos los torneos. Cuando me pongo nerviosa, la veo en las gradas y me da paz y tranquilidad”, expresa, con la misma emoción con la cual se refiere a su padre Marco Galindo.
“El es muy exigente, y creo que eso me ha ayudado mucho, porque el tenis no solo lo hago para mí, siento que también por mi papá, porque me gustan los retos, y el siempre está encima de mí, y siento que si eso no pasara, nunca hubiera logrado llegar hasta donde estoy hoy”. Sin más que agregar, queda claro lo vital de la familia en su evolución deportiva.
FUTURO PROMETEDOR
La entrevista se extendió más de lo que esperaba; sin embargo, la charla con Rut Galindo fue enriquecedora, pues permitió conocer cómo ha escalado desde sus inicios. Claro, siempre existen frustraciones, tres años atrás, entre malos resultados y una fisura en la muñeca izquierda, estuvo a punto de renunciar al tenis. No obstante, aprendió de ello, superó sus miedos, hasta posicionarse 121 del actual ranquin mundial junior de la ITF.
Su futuro se percibe prometedor, ya que no solo desea crecer a nivel deportivo sino profesional, por lo que espera finalizar sus actuales estudios, para, el próximo año, continuar la Universidad en Estados Unidos con una beca deportiva de tenis. “Deseo ir a una que es división uno. Serían cuatro años en los cuales me iré a vivir allá y competiré todos los fines de semana. Daniela Schippers que ya estudió allá, así como Wilfredo González, me han ayudado mucho”, finaliza.
PASATIEMPOS
Compartir tiempo en familia y tocar el piano, son parte de las distracciones de Rut fuera de las canchas. Aprovecha sus tiempos libres para interpretar diversas melodías de música clásica y si de ver películas se trata recomienda su favorita: Desafío a los Gigantes (Facing the Giants) una trama inspiradora de futbol americano.
SU TALENTO HA SIDO APOYADO
El programa de Retención de Talento de CDAG colocó su mirada en la talentosa tenista con apoyo deportivo y económico para su desarrollo. “Me ha ayudado un montón, con viajes a competencias internacionales, donde he aprendido mucho, así como en lo emocional. Sin esa ayuda no hubiese ganado la experiencia, que hoy puedo compartir con los pequeños a quienes me gusta ayudar”, explica.