Mientras celebraba el primer título en su carrera, Mihaela Buzarnescu se paró en la cancha y, visiblemente emocionada, se disculpó por un torneo a cuya final no llegó ninguna estrella.
No estuvo aquí el domingo Serena Williams. Tampoco su hermana Venus. Ambas fueron eliminadas en las primeras rondas, así que el público estadounidense no pudo alentar a alguna compatriota en el duelo por el título de San José.
“Lamento que no haya una estadounidense en la final, pero estoy realmente feliz de figurar en el afiche del torneo el próximo año. Es algo asombroso para mí”, comentó la rumana (5ta preclasificada) quien se ganó así los aplausos del público.
Mostró humildad y espíritu, momentos después de ganarse también a los espectadores con buenos disparos y una forma divertida de jugar.
Buzarnescu, campeona al fin a los 30 años, aplastó 6-1, 6-0 a la griega Maria Sakkari, 49na del ranking mundial.
La rumana, 24ta del escalafón, levantó los brazos cuando aseguró el triunfo, y envió una pelota al graderío, donde se agitaban varias banderas de su país. El tiro definitivo fue un ace a 107 mph.
“Esto significa mucho de verdad”, expresó. “Significa que todo mi trabajo ha dado frutos”.