La FIFA abrió una investigación para determinar por qué el choque por el Grupo A entre Uruguay y Egipto se disputó con miles de butacas vacías en el estadio de Ekaterimburgo.
En el segundo partido de la fase final del Mundial se observaron miles de asientos naranjas vacíos en el renovado estadio de Ekaterimburgo, pese al atractivo del contar en el programa con Luis Suárez y Edinson Cavani por el lado charrúa y Mohamed Salah en el banquillo de los Faraones.
Las cabeceras asignadas a los egipcios de un lado y a los uruguayos del otro se vieron prácticamente colmadas, con mayoría de egipcios, pero el resto de las butacas técnicamente eran para ciudadanos rusos.
La FIFA había indicado que casi todos los boletos disponibles se habían vendido y por ello estaba investigando qué ocurrió con toda esa gente que no concurrió al espectáculo.
“Podemos confirmar que se han asignado 32.278 boletos para el partido entre Egipto y Uruguay en Ekaterimburgo. La capacidad del estadio es de 33.061”, dijo a la AFP un portavoz del organismo rector del fútbol mundial.
“El hecho de que la asistencia real no refleje la cantidad de boletos asignados puede deberse a diferentes factores, que la FIFA está investigando actualmente”, añadió.
La FIFA ha asignado alrededor de 2,5 millones de entradas para la cita rusa que acaba el 15 de julio con la gran final en Moscú. Los organizadores rusos han señalado que casi todas las entradas ya se habían vendido para la totalidad del torneo.
Los rusos representaron el 46 por ciento de las ventas de boletos, con los estadounidenses liderando los países extranjeros con casi 90.000 billetes.
AFP.