Elizabeth Swaney, de 33 años, ha convertido en tendencia en estos Juegos Olímpicos de Invierno 2018.
La esquiadora originaria de Estados Unidos compitió para Hungría, de donde son sus abuelos, en la prueba de halfpipe femenina y quedó en última posición.
Lo sorprendente es que ni tan siquiera intentó hacer algún truco típico de este deporte.
Ella se limitó a no caerse antes de cruzar la línea de meta.
Ahí se ve como a duras penas logra mantenerse en pie, mientras sus contrincantes volaban y daban vueltas.
¿Cómo lo hizo?
La mujer pensó que representando a un país pequeño como Hungría tendría más posibilidades de asistir a los Juegos, por eso reclamó su ciudadanía, anteriormente lo intentó con Venezuela.
Desde que obtuvo la nacionalidad húngara, con 25 años de edad, se apuntó a un curso de esquí freestyle, sacó la licencia en Hungría y comenzó a acudir a citas de la Copa del Mundo sin experiencia.
El objetivo de Swaney era no caerse, no hacía saltos ni trucos, de esta manera garantizaba la puntuación mínima en las clasificaciones.
Además, buscaba pruebas que no tuvieran más de treinta participantes porque así lograba sumar siempre algunos puntos para la clasificación de la Copa del Mundo y entrar en los ránkings.
Luego de conseguir ese objetivo, y dada la ausencia de otras esquiadoras húngaras, la Federación de dicho país le concedió la plaza en Pyeongchang.
La esquiadora no hizo un solo truco, pero tampoco tuvo un solo error; su prueba fue un simple ir y volver de un lado a otro del tubo ante la incredulidad de los espectadores.
