El entrenador del Real Madrid aprovecha su estadía en Córdoba para visitar la Mezquita-Catedral, entre otros monumentos.
En el hormiguero de visitantes que es diariamente el caso antiguo de la capital cordobesa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Zizou ha intentado en vano pasar inadvertido, ya que desde el primer momento, pese a sus intentos y su afán de discreción, ha sido reconocido por los sorprendidos turistas.
“¡Mira, mira es Zidane! no?”, se preguntaban muchos de los cordobeses y turistas que se han cruzado hoy con el entrenador madridista por las recónditas calles del casco histórico, tras pasar por el patio de los Naranjos a su salida de la Mezquita-Catedral, y también ha visitado la Judería cordobesa y las ruinas del Teatro Romano.
El técnico madridista llegó la noche del lunes a la capital cordobesa junto a su mujer, Veronique Fernández, y se alojó en uno de los hoteles con más encanto del centro de la monumental ciudad, y este martes ha aprovechado para recorrer las callejas de su casco histórico, en las que ha recibido el calor de aficionados y simpatizantes madridistas. Aunque Zidane decidió utilizar una gorra y lentes oscuros, los fans lo reconocieron inmediatamente.
El técnico galo ha vencido su natural discreción y, ante el cariño que ha recibido por las calles de Córdoba, ha posado con aficionados y recibido gestos de apoyo de los simpatizantes madridistas mientras caminaba hacía un conocido restaurante para degustar la rica gastronomía cordobesa.
Zinedine Zidane tiene previsto regresar este miércoles a Madrid para comenzar a preparar la vuelta a la competición liguera con el derbi ante el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, el próximo 18 de noviembre.
EFE.
