El excapitán del Ejército aterrizó en la base aérea de Brasilia poco antes de las 09:00 hora local y se dirigió directamente al Congreso nacional, donde participa de un acto de homenaje a los 30 años de la Constitución de 1988, junto a varias autoridades del Estado y el presidente saliente, Michel Temer.
La expectación y las medidas de seguridad eran muy superiores a lo común en el edificio del Congreso, donde Bolsonaro fue diputado durante 27 años y ahora regresa como presidente electo.
Muy sonriente y con una corbata a rayas, bajó de un convoy de autos negros protegido por un numeroso equipo de seguridad.
Tras la recepción, se dirigió a la sala de plenos del Congreso para un acto de homenaje a la Constitución que adquiere especial relevancia atendiendo a las dudas existentes sobre el rumbo que puede tomar el gobierno de este excapitán del Ejército nostálgico declarado de la dictadura militar (1964-1985).
Bolsonaro prometió durante la campaña que será un “esclavo de la Constitución”, después de controversias sobre sus intenciones por declaraciones autoritarias a lo largo de su carrera como diputado.
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El presidente electo decidió además poner de relieve a las Fuerzas Armadas. Entre los 27 integrantes de su equipo de transición -coordinado por su futuro jefe de gabinete, Onyx Lorenzoni-, hay siete militares. Por otra parte, en el equipo las mujeres brillan por su ausencia.
De hecho, la mayor parte de los compromisos del presidente electo durante sus dos días en Brasilia serán con militares o responsables del área de seguridad.
