El primer ministro indio, Narendra Modi, aprovechó la presidencia del G20 para posicionarse como un líder de poder y prosperidad nacional, mientras afianza de India como una emergente potencia mundial de cara a las elecciones de 2024.
Desde meses antes de la cita, el rostro del gobernante de 72 años aparece en rótulos y vallas por toda Nueva Delhi con lemas alusivos a los temas de la cumbre, como “Una voz del Sur Global”.
La cita de las 20 grandes economías del mundo, el 8 y 9 de septiembre, se dio cuando India superó a China para convertirse en el país más poblado del mundo, tras desplazar a Reino Unido en 2022 como la quinta mayor economía.
Ahora busca un lugar en el escenario global, y utiliza la cumbre del G20 para posicionar a India como representante de otros países que no forman parte del bloque.
Uno de los resultados más concretos de la cumbre fue conseguir un lugar para la Unión Africana como integrante del G20, logrando la aceptación de los otros miembros.
Consenso sobre Ucrania
Además, Modi logró poner de acuerdo a un grupo dividido para emitir un pronunciamiento sobre temas complejos como la invasión rusa a Ucrania y la crisis climática. Fue un triunfo diplomático para el líder indio.
El comunicado evitó criticar a Rusia, un aliado y proveedor de armas a India.
Sobre el clima, no se alcanzó un acuerdo para eliminar gradualmente los combustibles fósiles, pero sí lo hubo para triplicar las energías renovables para 2030.
“Es un éxito para la diplomacia india”, comentó Ashok Kantha, exembajador de India ante China.
“Pudimos persuadir a nuestros amigos occidentales y decirles que no necesitan insistir en una condena explícita de la invasión rusa a Ucrania”, agregó. “Es un buen acuerdo”.
Y Michael Kugelman, director del Instituto del Sur de Asia en el Centro Wilson, consideró que el resultado “reivindicó” la política india de “autonomía estratégica”.
Escena simbólica
La cumbre estuvo cargada de símbolos hindúes, un mensaje poco sutil del populista Modi a su base política.
Su carrera política se ha basado en el apoyo de los mil millones de hindúes y, según críticos, en fomentar la rivalidad con la amplia minoría musulmana del país.
El logo de la cumbre, un globo con una flor de loto, se parece al símbolo de su partido Bharatiya Janata, de tendencia nacionalista hindú.
El próximo año irá a elecciones como claro favorito, mientras su principal opositor, el Partido Congreso, se ha visto golpeado por casos de corrupción.
Una reciente encuesta de Pew señaló que cerca de 80% de los indios tienen una opinión positiva de Modi y creen que lleva al país a tener más influencia en el escenario mundial.
Pero fuera de India su reputación no tiene el mismo lustre.
Bajo el mando de Modi, India cayó en el ranking de Freedom House de derechos políticos y libertades civiles por la represión a las protestas y restricciones a la libertad de prensa.
Pero según Kugelman, Modi “saldrá de esto (presidencia del G20), fortalecido políticamente”.
* Con información de agencia AFP.