Tras conseguir un 75 % de los votos, el presidente Daniel Ortega alcanzó este lunes un cuarto mandato consecutivo en Nicaragua, tras unas controvertidas elecciones en las que no tuvo una competencia real, con siete aspirantes opositores actualmente detenidos.
Una vez escrutados los votos de la mitad de las mesas electorales, la presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), Brenda Rocha, precisó que en segundo lugar, muy alejado de Ortega, se sitúa el candidato liberal (señalado como colaborador del gobierno) Walter Espinoza, con 14.4 % de los sufragios.
Poco después de la publicación de estos resultados parciales, la Unión Europea (UE) aseguró que estos “carecen de legitimidad”. Los comicios “completan la conversión de Nicaragua en un régimen autocrático”, dijo la UE en un comunicado.
El Gobierno de España, a través del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, calificó el proceso electoral de “burla”. “Ha sido una burla; una burla al pueblo de Nicaragua; una burla a la comunidad internacional y, sobre todo, una burla a la democracia”, declaró.
España no reconoce las elecciones en #Nicaragua, porque son una burla a la Democracia, al pueblo de Nicaragua y a la comunidad internacional. pic.twitter.com/3AHWmq2eyt
— José Manuel Albares (@jmalbares) November 8, 2021
El domingo, el presidente de EE. UU., Joe Biden, dijo que los comicios habían sido una “farsa”.
Paralelamente, el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, felicitó a su aliado.
“Les guste o no, nosotros mandamos”
En las calles de Managua, ondeando banderas rojinegras del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y en medio de fuegos artificiales, música y baile, seguidores de Ortega festejaban el lunes de madrugada en la Plaza de las Victorias, en el centro de la capital.
“Les guste o no les guste a los yanquis (EE. UU.), ¡nosotros mandamos!”, dijo una mujer.
Tras llegar al poder por las urnas en 2007, Ortega, quien el jueves cumplirá 76 años, asumirá otros cinco años como presidente, a la cabeza del FSLN, junto a su poderosa esposa Rosario Murillo, de 70, que se será vicepresidenta por segunda vez.
El exguerrillero sandinista, quien también gobernó el país en los años 1980 luego de que el FSLN derrocara en 1979 al dictador Anastasio Somoza, enfrentó a Espinoza y a otros cuatro candidatos derechistas, desconocidos y tachados de colaboradores del gobierno.
Tras 14 años en el poder, Ortega es acusado por sus críticos y opositores de “nepotismo” y de instaurar una dictadura, mientras que el exguerrillero asegura que su gobierno es del “pueblo” y defiende la soberanía de su país de los “ataques” de EE. UU.
El CSE estimó en un 65 % la participación, aunque el observatorio independiente Urnas Abiertas aseguró que la abstención habría alcanzado un 81.5 %, aunque estos datos no se han podido verificar. Los opositores, la mayoría en el exilio o presos, habían llamado a la abstención.
Los comicios también designaron a 90 diputados de un Congreso que, al igual que todos los poderes del Estado, está bajo control del gobierno. Urnas Abiertas señaló que las elecciones estuvieron marcadas por la “abstención”, “control paramilitar” y “hostigamiento a trabajadores del Estado” para forzarlos a votar.
*Con información de AFP