Sabine Moussier debutó en el mundo de las telenovelas en 1996, uno de sus papeles más importantes en esos años fue en “El Privilegio de Amar“, donde hacía de amante de Andrés García.
Sin embargo, la actriz se alejó un tiempo de la televisión luego de correr el riesgo de quedar paralítica a causa del síndrome de Guillain-Barré.
Recientemente apareció la guapa villana de telenovelas para revelar más detalles de los difíciles momentos que vivió.
El año pasado regresó a los foros de grabaciones para integrarse a la telenovela La Mexicana y el Güero, y luego de los rumores de que se podría cambiar a TV Azteca, reaparece en Televisa y luce ¡irreconocible!.
Tras padecer esa enfermedad, la artista cayó en una profunda depresión, subió casi 40 libras y hasta confesó que pensó en quitarse la vida.
Además, quedó dependiendo de una silla de ruedas por un tiempo por los problemas de espalda que sufría, hasta que con terapia logró volver a caminar y retomar su vida, aunque nunca dejó de luchar.
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“Estuve al borde de la muerte por la enfermedad. Dejó de caminar, se hinchó, aumentó muchísimos kilos. No podía caminar ni salir de la cama. Es una enfermedad muy delicada”, reportó contó.
En palabras de la actriz
Sabine Moussier visitó el programa Montse & Joe transmitido por Unicable, donde hizo importantes confesiones. Montserrat Oliver sorprendió a todos al recordar que ella y la actriz fueron vecinas en el hospital cuando se operaron de la columna.
La famosa villana lucía mejor que nunca. Afortunadamente, pese a sus problemas de salud, la actriz luce radiante con un increíble cambio de look, que fue elogiado por todos los usuarios.
- “Bellísima Sabine, además de talentosa”.
- “Por favor eres bellísima, no inventes”.
- “Una de mis actrices y personas favoritas”.
- “Wow, hermosa Sabine, se ve mejor que nunca”.
Para finalizar su visita se sinceró sobre un tema bastante delicado respecto a su vida personal.
Ella mostró su lado más vulnerable al confesar que por mucho tiempo sintió que no se merecía ser amada pues pensaba que si sus padres no la querían, nadie más la iba a querer “porque no se lo merecía”.
Finalmente, la mujer de 53 años contó que si pudiera cambiar en ese momento algo de lo que se daría permiso sería “permiso de ser feliz”.