La vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, aterrizó este martes en Vietnam luego de que un “incidente sanitario anómalo” en Hanói, capital de ese país, retrasase su vuelo desde Singapur, señaló la embajada, en una aparente alusión al denominado “síndrome de La Habana” que ha afectado a sus diplomáticos en varios países.
“La salida de Singapur de la delegación de la vicepresidenta fue retrasada (en tres horas), puesto que los servicios de la vicepresidenta fueron advertidos sobre informaciones de un posible incidente sanitario anómalo reciente en Hanói”, informó la embajada en un comunicado.
“Tras una evaluación minuciosa (de la situación), se tomó la decisión de que el viaje de la vicepresidenta continuaría”.
El término “incidente sanitario anómalo” ha sido utilizado en el pasado para describir al denominado “síndrome de La Habana”, en alusión a un conjunto de síntomas, como vértigos, náuseas o problemas auditivos, que empezaron a ser denunciados por diplomáticos estadounidenses en La Habana a partir de 2016. El origen de estos problemas nunca quedó establecido.
Gira de Harris por Asia
Harris se encuentra en Vietnam en el marco de una gira por el sureste asiático, donde busca ganar la confianza de potenciales aliados regionales, en tanto la condición de superpotencia de EE. UU. se ha visto enturbiada por el tema de Afganistán.
En Singapur, la vicepresidenta acusó a Pekín de coacción e intimidación en el disputado mar de China Meridional, solicitando apoyo para enfrentar al gigante asiático.
“Pekín continúa coaccionando, intimidando y reclamando la gran mayoría del mar de China Meridional”, dijo Harris, cuando presentaba los objetivos en política exterior de su gobierno para Asia.
“Las acciones de Pekín continúan socavando el orden y amenazando la soberanía de las naciones. Estados Unidos apoya a nuestros aliados y socios ante esas amenazas”.
China reclama la soberanía sobre casi todo ese mar, por el que pasan miles de millones de dólares anuales en comercio marítimo, disputado por cuatro países del sureste asiático y Taiwán.
Pekín ha sido acusado de enviar equipos militares (inclusive lanzamisiles), e ignorar la decisión de un tribunal internacional de 2016 que consideró sin fundamentos su reclamo sobre la mayor parte de sus aguas.
En los últimos meses aumentaron las tensiones entre Pekín y los otros países demandantes.
Washington también quiere tranquilizar a sus socios ante temores de un eventual repliegue, como consecuencia de la retirada caótica de sus tropas de Afganistán.
*Con información de AFP