Tras casi tres meses de confinamiento por la pandemia de COVID-19, Honduras retomó este lunes parcialmente la actividad pese al aumento en el número de contagios, que según especialistas puede implicar un nuevo riesgo de cierre.
El afloje de las medidas se produce en momentos en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la pandemia está empeorando en el mundo, pese a mejoras en regiones como Europa.
Pero el parón de la economía lleva a los países a intentar reencender los motores.
El gobierno hondureño llama “reapertura inteligente” al reinicio de la actividad con medidas de bioseguridad en las empresas y el país dividido en zonas de acuerdo con el nivel de contagios existente.
Salud autoriza a hospitales privados realizar tratamiento a pacientes positivos de COVID-19
Así, en la zona baja de contagios las empresas trabajarán con 60% de sus empleados; en la alta con 20%, mientras que en la intermedia lo harán con 40%.
Numerosos comercios, empresas maquiladoras que exportan a Estados Unidos y 24 instituciones del gobierno figuran entre las entidades que retomaron actividades.
Sin embargo, el gobierno extendió por una semana el toque de queda que permite la circulación un día conforme al último dígito del documento de identidad y mantiene cerrado el transporte público y las escuelas.
Prueba de Fuego
Roberto Consenza, viceministro de Salud y delegado por el gobierno para el combate de la enfermedad en la ciudad de San Pedro Sula, admitió que la reapertura “es una prueba de fuego” debido a que se produce en momentos en que Honduras experimenta un avance de la pandemia, que deja más de 6,300 casos y casi 260 muertos.
“Se corre el riesgo de que haya que volver a cerrar, como ocurrió en Chile y otros países”, advirtió por su parte la infectóloga y exministra de Salud Elsa Palou, asesora del gobierno hondureño, quien fue hospitalizada horas después de la entrevista telefónica con AFP tras dar positivo a la COVID-19.
“Lo que queda es que las personas enfaticen en las medidas de bioseguridad. Cada quien tiene que cuidarse mucho más”, añadió Palou, quien se contagió en el capitalino hospital Cardiovascular, donde atiende pacientes.
El director del Seguro Social de San Pedro Sula, Carlos Umaña, lamentó la reapertura en el peor momento de la pandemia al asegurar que los hospitales están “colapsados”.
“Tenemos 92 pacientes hospitalizados, estamos completamente llenos, más del 102%” de la capacidad del centro, se quejó la directora del Hospital Cardiovascular, Suyapa Sosa.
Sin embargo, el comisionado nacional por la pandemia, Lisandro Rosales, aseveró que los hospitales están a 54% de su capacidad.
Centroamérica se abre
El resto de los países de Centroamérica, en tanto, también lanzaron o se alistan para una reactivación parcial de sus economías.
Costa Rica, que ha tenido bastante éxito en el control de la pandemia, con más de 1.300 casos y 10 muertos, está en su segunda fase de apertura.
Tras haber iniciado en días pasado una reactivación, Panamá, el país de la región más golpeado por el coronavirus con más de 16,000 contagios y 386 fallecidos, debió dar marcha atrás este fin de semana y volver a implantar una cUarentena por género en zonas del país debido al fuerte aumento de casos.
En Guatemala, el gobierno anunció, sin fecha, cuatro fases para iniciar el regreso a la normalidad, aunque el domingo amplió por una semana el toque de queda para contener la pandemia, que deja más de 7,000 casos y 252 muertos.
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En El Salvador, que registra unos 3,000 casos y 53 muertos de COVID-19, mantiene el estado de emergencia, que incluye una cuarentena obligatoria que estará vigente hasta el 15 de julio.
Médicos denuncian que los hospitales salvadoreños están saturados por la constante expansión del virus.
En Nicaragua, en tanto, las autoridades sostienen que la COVID-19 “esta bajo control”, pero gremios médicos critican al gobierno por el “secretismo”, ante la “expansión acelerada” de la pandemia que ha colapsado los hospitales.
Según cifras oficiales, 1.118 personas contrajeron el nuevo coronavirus en Nicaragua, de los cuales 46 decesos entre el 18 de marzo y el 2 de junio.
El Observatorio Ciudadano, conformado por gremios médicos y redes comunitarias, contabiliza por su lado más de 4,200 posibles casos de COVID-19 y 980 muertes asociadas al virus hasta el 30 de mayo en Nicaragua.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó días atrás qued la trasmisión de COVID-19 en Nicaragua “está muy difícil de controlar” y respaldó el llamado de los gremios médicos del país a adoptar urgentemente una cuarentena para frenar los contagios.
*Con información de AFP