El incumplimiento de algunos sectores de la población boliviana de la cuarentena total por el coronavirus, que ya ha infectado a 28 personas, causa alarma en las autoridades que prevén un inminente impacto sanitario mayor.
“Quedan muchos sacrificios por hacer en esta lucha contra el virus que no será fácil”, arengó en un mensaje por televisión la presidenta transitoria, Jeanine Áñez, tras constatar la reticencia de algunos bolivianos a suspender actividades y permanecer en sus domicilios.
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Palabras de aliento
“Vendrán días tristes, pero les aseguro, les doy mi palabra, que vamos a salir de ésta“, afirmó Áñez, que decretó el pasado domingo el cierre de fronteras y del espacio aéreo bolivianos.
Ante el persistente desacato a la cuarentena total, el ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, dijo: “Pediré a la presidenta que militarice zonas, que se declare estado de sitio por zonas”.
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No acatan normas
En barriadas populares como Río Seco y Senkata de El Alto, ciudad aledaña de La Paz, los vecinos incumplen la cuarentena. El gobierno difundió vídeos en los que se ve a ciudadanos hostigando a policías que tratan de restringir la circulación de vehículos.
“Si los bolivianos no tomamos en serio esto, no nos va a matar el virus, nos va a matar la estupidez”, dijo el ministro de Obras Públicas, Iván Arias,.
Su colega de Salud, Aníbal Cruz, afirmó por separado que “Bolivia está en riesgo de una eclosión, en cuanto a esta pandemia”.
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Consecuencias
El secretario de Salud de la Gobernación de Santa Cruz (este), Oscar Urenda, también se sumó al coro de alarmas. “Quiero pedirle a la gente que no se confíe (…), va a llegar el momento que podemos tener miles de casos en Santa Cruz, porque la gente no está haciendo la cuarentena como corresponde”, advirtió.
El departamento de Santa Cruz alberga 17 de las 28 personas infectadas en el país. “Esto es la calma antes de la tormenta. Viene la tormenta y todos debemos estar preocupados y asustados”, alertó Urenda.
La ciudad de La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, está prácticamente paralizada. La banca privada atiende con restricciones y la administración pública y privada suspendieron actividades hasta el 4 de abril, cuando las autoridades volverán a evaluar si adoptan nuevas medidas contra el coronavirus. Solo funcionan hasta mediodía los mercados de abasto al menudeo y los supermercados y plenamente las farmacias.
Bolivia cerró sus fronteras terrestres y su espacio aéreo el fin de semana, salvo a misiones internacionales o humanitarias.