Al menos 52 reclusos murieron este lunes 29 de julio de 2019 en un motín carcelario en la localidad de Altamira, en el estado brasileño de Pará (norte).
Las autoridades locales, informaron que 16 de las víctimas fueron decapitadas.
“Fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos guardias fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados”, dijo un portavoz de la Superintendencia de Prisiones de Pará.
La rebelión empezó a las 07:00 hora local y concluyó antes del mediodía.
A finales de mayo, 55 detenidos murieron en dos días de enfrentamientos en varias cárceles del estado de Amazonas, vecino de Pará.
Una ola de enfrentamientos sacudió el país a inicios de 2017, atribuidos a rivalidades entre bandas por el control de las rutas del tráfico de cocaína.
Brasil, con 727.000 detenidos, tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo, por apenas 368.000 plazas.
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Un motín reciente
El 16 de abril del presente año siete presos resultaron heridos y otros ocho se fugaron durante un motín.
En una cárcel del estado amazónico de Pará. En el Centro de Recuperación Regional del municipio de Bragança.
Cuando varios presos se rebelaron en la entrega del desayuno y comenzón a destrozar algunas celdas, quemar colchones.
Según la Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará, los internos realizaron el motín para protestar por el retraso en las audiencias con la Justicia.
También protestaban por el hacinamiento, porque habían 315 detenidos cuando su capacidad es para tan solo 122.
Los reclusos rebeldes tomaron además como rehén a un compañero que se alojaba en el pabellón de acusados de delitos sexuales.
Las autoridades constataron entonces que ocho presos habían huido y otros siete resultaron heridos.