Meegan Hefford se obsesionó con bajar de peso luego de haber dado a luz a su segundo hijo. Empezó a ir al gimnasio y cambió su alimentación.
Al principio su finalidad era bajar de peso y tonificar su cuerpo, sin embargo, se obsesionó con el fisicoculturismo e inició una dieta estricta que incluía carnes rojas, pollo y claras de huevo.
Además de su rutina, acompañaba cada comida con un suplemento alimenticio rico en proteínas que preparaba en forma de licuado.
“Yo siempre creí que se veía más saludable que nunca, jamás la pensé dos veces sobre su dieta”, comenta su mamá, Michelle White.
En una de sus visitas a su hija, Michelle narra que la notó extraña y que le temblaban las manos. Le sugirió que se tomará un descanso de la dieta y el gimnasio pero la joven hizo caso omiso.
A los días, Meegan colapsó. Su madre recibió una llamada de emergencia para informarle del estado grave de su hija.
En el hospital se le declaró muerte cerebral y su mamá tuvo que tomar la decisión de desconectarla.
Ahora su madre brinda el mensaje para crear advertencias sobre estos suplementos alimenticios.
Declaración médica
Según los paramédicos que atendieron el caso informaron que Meegan padecía de trastorno de ciclo de urea.
Esto es un desorden genético que no permite que el cuerpo procese el amoniaco en la sangre. Esta sustancia puede causar un daño irreversible en el cerebro cuando se acumula en grandes cantidades.
El exceso de ejercicio y de dietas altas en proteínas puede crear un alto contenido de amoniaco en el cuerpo, razón por la que ahora Michelle lucha para que las personas regulen los suplementos de proteínas y evitar futuras muertes.
El Ministerio de Salud de Australia se encuentra investigando este caso.
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