Las pretuberancias en sus manos y pies parecen la corteza de un árbol. Han sido removidas antes pero todas esas cirugías parecen no haber tenido resultado.
Es llamado “el hombre árbol”, pero su nombre real es Abul Bajandar. Su caso se conoció en todo el mundo en 2016 a su ingreso al hospital de Bangladés, pidiéndo ayuda desesperedamente.
Fue intervenido y entonces Abul creía que estaba curado. Los médicos también e incluso lo declararon sano.
Pero la realidad fue otra. Con el paso del tiempo y tras 25 operaciones quirúrgicas, sufrió varias recaídas.
Las impresionantes verrugas en forma de corteza de “el hombre-árbol” surgieron de nuevo. Fueron retiradas, volvieron a aparecer después y peor aún, en mayor número.
Un “infierno”
La familia se muestra desanimada. La madre de Abul asegura que apoya a su hijo sin importar la decisión que tome. Cree que su hijo vive un “infierno”.
Tras varios intentos por luchar contra la epidermodisplasia verruciforme, una rarísimo padecimiento genético, sienten que ganaron batallas más no la guerra.
Por ello, su familia puso fin al tratamiento y se la llevó de regreso a su pueblo.
Ahora, Abul anunció que deseaba que le amputaran las manos para calmar su insoportable dolor.
Una procedimiento que apoya su madre, Amina Bibi: “Al menos será liberado del dolor. Es un infierno”, confesó.
Detectan enfermedad rara en niño guatemalteco, es el cuarto caso en el mundo.
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— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) February 28, 2019
Médicos tomarán la decisión
“Ya no soporto el dolor. No puedo dormir por la noche. He pedido a los médicos que me corten las manos para tener al menos un respiro”, declaró a la AFP.
Dijo que había pedido ser tratado en el extranjero, pero no dispone del dinero para cubrir los gastos.
Samanta Lal Sena, cirujana plástica jefa del hospital de Daca, donde el paciente es tratado gratuitamente, indicó que una comisión de siete médicos se reunirá el martes para discutir su caso.
“Ha dado su opinión personal. Pero nosotros decidiremos la mejor solución para él”, señaló.
La clínica trató igualmente en 2017 a una niña bangladesí que sufría la misma enfermedad.
Con información de la Agencia Francesa de Prensa (AFP).