Previo al nacimiento de Archie Harrison, el hijo de Meghan Markle y el príncipe Harry, trascendió de un equipo de tres personas se haría cargo del bebé, y que cada una de ellas cobraría 80 mil dólares al año por sus servicios.
El 6 de mayo nació Archie, y desde ese día Meghan y Harry, disfrutan de Archie, sin dejar de lado su agenda de compromisos oficiales.
Sin embargo, una de las niñeras trabajó solo 15 días, y decidió dejar su puesto.
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Doria Ragland, la madre de Meghan, estuvo a su lado durante las primeras semanas de la llegada de Archie.
Pero ahora que la duquesa quedó sola, las exigencias y los reclamos hacia las niñeras se hicieron cada vez más constantes. Y por ese motivo una de ellas habría decidido renunciar.
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No es la primera vez que alguien del staff de los duques de Sussex renuncia a su trabajo.
Ya tomaron el mismo camino un guardaespaldas y dos asistentes personales.
