Espera al hombre de tu vida, al hombre que te haga sentir mariposas en el estómago y que te estremezca desde los pies hasta la cabeza. Al hombre que acaricie cada milímetro de tu cuerpo y explore cada rincón de él; el que se enamore de tus lunares e imperfecciones, no sólo de tu sonrisa, también de tus lágrimas y tus temores: si no lo hace, entonces quédate sola.
Quédate sola hasta que llegue el hombre que te acaricie con el alma y no sólo con los dedos, que te vea con el corazón y no sólo con los ojos, que recorra tu cuerpo con su aliento y no sólo con su boca. Quédate sola hasta que llegue el hombre que quiera sumergirte en sus brazos y llene de besos tu interior; el que quiera estar contigo los viernes por las noches y los lunes por las mañanas, el que comparta a tu lado el fondo de tus sábanas, el ancho de tu sofá y el largo de tu comedor; el que te deje dormir en su hombro y despertar en su sueño.
Espera al hombre con el que no tengas que mirar el reloj, con el que te haga reír y te estimule el corazón; si no lo hace, en serio, quédate sola. Quédate sola hasta que llegue aquel que mire tu piel cuando se eriza, cuando brillan tus ojos y tus labios se aprietan. Con aquel que quiera estar en tus logros y aún más en tus fracasos, con el que se vuelva loco cada vez que te vea y te extrañe cuando no.
Quédate sola hasta que encuentres al hombre que entienda tu fuerza, tu libertad y tu independencia; al que no le dé miedo estar contigo, que no quiera apagarte, al contrario, que quiera encenderte todas las noches y todos los días; que ame tu seguridad y tu sonrojo, que te bese la boca, las piernas, tu alma y tu temor.
Espera a alguien que te enloquezca porque es lo que cualquier persona merece; porque todos merecen un amor bonito y excitante, un amor libre y puro, un amor sincero, un amor fuerte que te llene todo tu ser, que te caliente y te acobije, uno que sea tu arma y tu escudo, tu casa y tu abrigo.
Espera a alguien que te enloquezca porque no necesitas nada a medias, no quieres sobras ni medios te quieros; no necesitas a alguien que esté contigo hasta la media noche y no hasta el medio día, no necesites alguien que medio te bese y no te coma, mucho menos a alguien que sólo piense en ti la mitad del tiempo. Encárgate de esperar a esta persona, porque si no es así, entonces mejor quédate sola. Sola a tu lado, sola contigo misma, porque si entonces no tienes a alguien que te enloquezca, no estés con nadie. Porque es mucho mejor que te quedes contigo a que te quedes con alguien que no te emocione; quédate contigo hasta que llegue alguien que te enloquezca.