El dolor de cabeza es una de las aflicciones más frecuentes, pero puede tornarse preocupante si se vuelve una constante. Pero, ¿cuándo es necesario acudir al médico?
Cuándo debes consultar al médico
La Escuela de Medicina de Harvard aclara cuándo deberías consultar a un especialista:
- El dolor de cabeza se desarrolla por primera vez después de los 50 años.
- El patrón de los dolores de cabeza cambia.
- La aflicción es muy severa.
- La molestia se incrementa con el movimiento o la tos y empeora.
- El dolor está acompañado de fiebre, rigidez en el cuello, confusión, problemas de memoria, debilidad y trastornos en el habla.
- Se detectan cambios en la personalidad.
- Además de la aflicción, se enrojecen los ojos.
- Aparece después de un golpe en la cabeza.
- Interrumpe el sueño.
Tipos de dolores de cabeza
Dolor de cabeza tensional
Lo sufren 3 de cada 4 adultos y en la mayoría de los casos son dolores leves y moderados. Este tipo de dolor de cabeza se manifiesta con una gran presión a ambos lados de la cabeza, los hombros y el cuello.
Migraña
Las migrañas se presentan con menos frecuencia que los dolores por tensión, pero son mucho más severas. Varios factores pueden favorecer su aparición: la humedad, el calor, la falta de descanso, la fatiga, el estrés emocional, el consumo de alcohol o chocolate, el aumento o la disminución de la cafeína y los quesos añejos.
Se trata de un dolor pulsante que puede venir acompañado por náuseas. Es normal que una persona con migrañas tenga un ojo rojo y lloroso.
Dolor de cabeza en racimo
Suele ser más frecuente en hombres que en mujeres y en aquellas personas con antecedentes de tabaquismo. Los dolores aparecen entre una y ocho veces al día en un periodo de hasta 3 meses. Comienzan abruptamente y duran entre 30 y 60 minutos.
Inhalar profundamente puede aliviar el problema. Algunos medicamentos como el divalproex o el litio también pueden ayudar.
Otros dolores de cabeza
Otros dolores de cabeza se presentan en situaciones más concretas, como resultado de:
- consumo de medicamentos
- sinusitis
- ingesta de alimentos o bebidas muy fríos
- hipertensión
- exceso de ejercicio o sexo