Bir Tawil o Bi’r Tawīl (en árabe “pozo (de agua) alto”), Bir Tawil es la última tierra verdaderamente no reclamada en el planeta. Es una pequeña franja de África gobernada por ningún estado, no habitada por residentes permanentes pero regida bajo ciertas leyes.
Para llegar allí, tienes dos opciones: La primera es volar a la capital sudanesa, Jartum, alquilar un jeep y seguir la carretera Shendi cientos de millas hasta Abu Hamed, un asentamiento que se remonta en el antiguo reino de Kush que esta antes del vasto desierto de Nubia el cual es del doble de tamaño de Gran Bretaña. En Abu Hamed se encuentran algunos mineros de oro artesanales del desierto, algunas pandillas armadas que a menudo se aprovechan de los buscadores y una pequeña cantidad de unidades militares que realizan patrullas en el área e intentan, con limitado Éxito, mantener la paz. Debes pasar por encima de todos ellos, hasta el punto en lo que ahora se ha convertido en un horizonte de arena y roca que parece interminable.
Aquí, los vientos secos a menudo soplan desde la península arábiga, levantando hojas de polvo que sumergen la visibilidad hasta casi cero. Bir Tawil, una rareza cartográfica de 800 millas cuadradas ubicada dentro de la frontera que separa Egipto y Sudán. Ambas naciones han renunciado a cualquier reclamo, y ningún otro gobierno tiene jurisdicción sobre él.
La segunda opción es acercarse desde Egipto, partiendo de la ciudad más austral del país, Aswan, a través de la árida extensión que se encuentra entre el lago Nasser al oeste y el Mar Rojo al este. Gran parte de ella ha sido declarada zona restringida por el ejército egipcio y nadie puede acercarse a la frontera sin obtener primero su permiso.
Una de las regiones más inhóspitas del planeta, no contienen una población fija, ni costa, ni aguas superficiales ni tierra cultivable.