Nuestro planeta es único porque posee un satélite excepcionalmente grande: la Luna. Este satélite nació cuando el planeta Tierra estaba empezando a desarrollarse y se formo tras el impacto de un objeto mayor a Marte. La Luna es más que una cara bonita para mirar por la noche.
Entonces, ¿qué pasaría con la Tierra y con los seres vivientes si la Luna desapareciera rápidamente y sin previo aviso? ¿Lo sobreviviríamos?
Lamentablemente, no… De inmediato, nos daríamos cuenta de que la “noche” sería significativamente más oscura. La superficie de la luna refleja la luz del sol, iluminando nuestro cielo nocturno. Sin ese brillo indirecto, cualquier área que no tenga acceso a luz artificial, como caminos rurales o campamentos boscosos, se volverían mucho más peligrosos para viajar. La repentina ausencia de la luna también confundiría a los animales. Los animales que usan la visión como su principal modo de interactuar con el mundo. Se benefician (en términos de supervivencia) de la presencia de la luna. Eso no es una gran sorpresa, pero tiene implicaciones interesantes para la pregunta en cuestión. Muchos depredadores, como los búhos y los leones confían en la cobertura de la oscuridad, pues con solo un poco de luz de la luna pueden cazar eficazmente. Sin luna, tendrían problemas para encontrar comida.
La próxima diferencia inmediata serían las mareas. Debido a que la luna está muy cerca de nosotros, la fuerza de su gravedad impacta a nuestro planeta. Esa fuerza es lo suficientemente fuerte como para arrastrar nuestros océanos hacia adelante y hacia atrás, lo que llamamos “las mareas”. Sin la luna, las mareas subirían y bajarían a un ritmo mucho más lento, aproximadamente a un tercio de su fluctuación actual. Una reducción de dos tercios en las mareas alteraría drásticamente los ecosistemas costeros, destruyendo potencialmente muchos de ellos e interrumpiendo el flujo de energía, agua, minerales y otros recursos. Los movimientos de las mareas también ayudan a impulsar las corrientes oceánicas, que a su vez dirigen los patrones climáticos globales, ya que las corrientes distribuyen agua y precipitaciones en todo el mundo. Sin ellos, las temperaturas serían mucho más extremas; al igual que los principales eventos meteorológicos.
Sin la gravedad de la luna que mantiene a la Tierra en su lugar, la inclinación del eje de nuestro planeta probablemente cambiaría drásticamente con el tiempo. La Tierra podría pasar prácticamente de no tener ciertas estaciones, a una drástica inclinación a cambios climáticos extremos estacionales y edades de hielo en solo unos pocos cientos de miles de años.
En un nivel más humano, sin la luna, perderíamos una fuente de inspiración e información científica pues esta nos ha enseñado sobre los orígenes de nuestro propio planeta, cómo se forman los otros planetas y cómo se extinguieron los dinosaurios.
Afortunadamente, no hay evidencia de que la Luna se autodestruya o colisione con otro orbitor en un corto plazo, pero ahora ya sabes lo importante que es la Luna en nuestra órbita.
