Para perder peso sin transformarte luego en víctima del efecto rebote, deberás cambiar tu relación con la comida de forma permanente, como explica la licenciada en Nutrición María Agustina Murcho a VIX. Las dietas mágicas solo te privarán de los nutrientes que tu cuerpo necesita para funcionar bien y te desmotivarán.
Así que mejor ten más paciencia con tu cuerpo y adopta estos hábitos a tu vida:
Come más fibra
La fibra favorece la digestión y potencia la saciedad. Puedes encontrarla en alimentos como la avena, el pan y cereales integrales, y las frutas y verduras. Si los consumes con más frecuencia, tendrás más energía y no sentirás tanto apetito entre comidas. Aprende, entonces, como consumir más fibra.
Bebe más agua
Bebe uno o dos vasos de agua antes de las comidas principales para aplacar el apetito. Luego, a lo largo de la jornada completa los 2 litros. Esta medida no solo te hará sentir más satisfecha, sino que también te permitirá prevenir la retención de líquidos.
No te prives de nada
Limpia muy bien tus dientes
Al conservar el sabor de los alimentos en la boca luego de comer, nuestro cerebro puede interpretar que aun sentimos hambre. Para evitar que esto suceda, lava tus dientes después de comer; el sabor a menta del dentífrico neutralizará a cualquier otro. Si saliste a comer y no tienes el cepillo a mano, prueba con una pastilla de menta. Tienen el mismo efecto para el cerebro que lavarse los dientes y refrescan el aliento.
Duerme 8 horas
Dormir 8 horas todas las noches disminuye los antojos por comida chatarra en más de un 50 %, como explica Eat This, Not That! . Dormir bien te aporta otros muchos beneficios: es sinónimo de piel lisa y sin arrugas, previene las ojeras, favorece el funcionamiento óptimo de tu metabolismo y potencia tu buen humor.