El número de personas que murió por la explosión de un ducto saqueado en el céntrico estado mexicano de Hidalgo se elevó a 114, con cinco nuevas víctimas desde el viernes, informó el sábado la secretaría de Salud.
“De los 114 decesos, 46 fueron pacientes hospitalizados por las quemaduras que sufrieron”, reportó la dependencia en un comunicado.
El viernes, la cifra oficial de muertes se ubicaba en 109, pero horas más tarde el total de fallecimientos volvió a elevarse y se teme que siga aumentando.
Heridos
Al menos 33 personas continúan hospitalizadas, de las cuales 23 están en Ciudad de México, cuatro en el Estado de México, tres en Hidalgo y otras tres en Galveston, Texas, Estados Unidos, por la gravedad de sus quemaduras.
Además, cerca del lugar de la explosión, residentes han colocado fotografías de personas que desaparecieron tras el estallido, que prácticamente pulverizó a algunas de las víctimas mortales.
Recolectaban combustible
La tarde del 18 de enero, el ducto fue perforado provocando un potente chorro de gasolina que atrajo a varios pobladores de la localidad de Tlahuelilpan, Hidalgo, incluyendo familias enteras, que con baldes y bidones recolectaban el combustible cuando los sorprendió la explosión.
El estallido, que está bajo investigación, ocurrió en un momento en que el gobierno impulsa una estrategia nacional para acabar con el robo de combustible, que provocó desabastecimiento en algunos puntos del país.
El “huachicol” -como se conoce en México al combustible robado- cuesta en promedio la mitad del precio de las gasolinas en el mercado y la estatal Pemex investiga si estaciones de servicio son abastecidas por grupos criminales.
El gobierno calcula que el robo de combustible le costó en 2017 al Estado mexicano unos 3.000 millones de dólares.