La familia es un pilar importante en la formación de todo el mundo, no importa qué tan buena o qué tan mala haya sido, siempre influyen en la persona que eres o en lo que quieres ser e incluso en lo que quieres evitar. Aunque es natural que ames a tu familia desde el primer momento, no es una obligación que lo hagas si con el tiempo te das cuenta de que te lastiman y que no es exactamente una buena relación la que tienen; no debes de sentir culpa, el amor y el respeto se ganan.
Esto no quiere decir que puedas juzgar a tu familia por su comportamiento, ya que debes estar consciente de que no es tu culpa. El perdón también es válido en todo tipo de relaciones, así que si decides alejarte porque crees que tu familia es tóxica, está bien. Piensa que los títulos de familia ni los lazos sanguíneos pueden borrar las heridas en tu corazón. Si quieres solucionar los problemas, habla con ellos, hazles saber lo que sientes y lo que piensas, no escondas nada, si las cosas son graves, pueden buscar ayudar de un profesional.
1. Rompe tu equilibrio mental
Sientes que te dañan mentalmente, los problemas y conflictos con todos no logran ayudarte a mantenerte sano y tienes ganas de salir corriendo de casa. Te lastiman y te desequilibran, crees que no te puedes mantener estable porque rompen con todas tus fuerzas; te das cuenta de que esto hace efecto en tu vida personal y te afecta más de lo que esperabas.
2. Hay violencia verbal e incluso física
No hay tacto a la hora de tener una conversación, todas sus pláticas terminan en gritos e insultos que te hacen sentir inseguro y que no vales nada para tu familia. No importa lo que hagas, todo termina en reproches, en insultos e incluso en golpes.
3. No te sientes protegido
Se supone que tu familia y tú tienen que sentirse protegidos estando unos con otros, en un núcleo de amor y en el que sabes que puedes contar con ellos. Si tu familia es tóxica esto es todo lo contrario; no te sientes para nada protegido e incluso llegas a pensar que con ellos corres peligro.
4. Hay peleas constantes
Cualquier tema o comportamiento es pretexto para que empiecen a pelear, no hay una comida o una cena serena porque todas se basan en discusiones que no tienen fin. No importa que tú no estés involucrado algunas veces, basta con presenciar peleas de tus padres o peleas de tus hermanos.
5. No celebran triunfos y no están para el otro en sus fracasos
No hay apoyo, si tienes algún éxito no están para felicitarte o admirarlo y cuando tienes un fracaso no están presentes para ayudarte a superarlo, mucho menos para apoyarte. El problema está en que ninguno de tu familia es así, no solamente contigo, así crecieron tus hermanos y así fue la relación con tus padres.
6. Te provocan temor
Tu familia te provoca ataques emocionales de formas inesperadas y pueden ser buenos como malos; pero si tu familia es tóxica, la mayoría del tiempo te provocarán temor. No quieres llegar casa y si lo haces, prefieres evitar todo el contacto posible.
