Cuando una relación termina es inevitable (al menos para una de las partes) sentir culpa y pensar en las razones que pudieron fomentar la pérdida del interés.
El proceso para este cambio llega a ser tan difícil, que los terapeutas deben darse a la tarea de especializarse en la materia. Tal es el caso de la Dra. Kelly Campbell, psicóloga experta en separación de parejas y profesora de la Universidad Estatal de California.
1. Preguntar por tu ex
No importa si es a conocidos, amigos o familiares. Campbell es contundente al respecto:
«Hay que enfrentarlo: si ya terminaron, se supone que ya no se interesan el uno por el otro. Nunca se pregunta con un sentido genuino de bienestar, se trata de saber qué está haciendo la otra persona, lo cual no tiene ningún caso averiguar».
Para Campbell siempre hay uno que “extraña más” que el otro y en ese momento es quien quiere saber todo respecto a la “nueva vida” de la ex pareja. Es momento de entrar en la realidad: aunque tú preguntes todo, probablemente tu ex pareja NO lo hace, el tormento es interno.
2. Mantener a tu ex como tema de conversación
Existe la creencia de que si se habla del ex con normalidad ya se ha superado. Hasta cierto punto es cierto si ha pasado tiempo suficiente.
Campbell reitera que recordar a la ex pareja con frecuencia es normal, pero una buena distracción para evitar los pensamientos recurrentes es salir con otros amigos, enfocarse en el trabajo o iniciar una nueva actividad recreativa.
Cuando el recuerdo del ex interfiere con las actividades mencionadas anteriormente, es un problema que puede agravarse de forma paulatina.
3. Stalkear en redes sociales
Campbell confiesa que ha enfrentado retos inesperados con la llegada de las redes sociales. Es tan fácil saber de la ex pareja mediante ellas que el “duelo” de ruptura tiende a volverse más prolongado.
La experta en relaciones insta a cortar la curiosidad de raíz:
«Con la percepción fatalista que se tiene tras una ruptura, toda publicación en redes puede tomarse como una ofensa personal y prolongar la tristeza o el enojo. Cabe resaltar que si la ruptura fue obvia y visible (debido a una infidelidad, por ejemplo) estamos hablando de un mayor grado de auto tortura emocional».
Parece inofensivo stalkear: nadie te ve y nadie juzga tu comportamiento obsesivo, pero es una práctica nociva de auto engaño.
4. Asumir que nunca más te enamorarás
Adoptar una postura de “eterna soledad” es normal al principio, pero pensar que la adversidad siempre rodeará tus relaciones futuras te colocará en una posición vulnerable.
Campbell cita dos posibilidades:
«Cerrarse a una relación sana sólo conduce a dos caminos: el primero es conseguir una relación tóxica a la primera oportunidad por miedo a la soledad. El segundo es “espantar” posibles compañeros adecuados. Al final es un círculo vicioso que sólo afecta a quien lo inicia».
5. Pensar que volverán
Un error frecuente según Campbell y muy fomentado por el retrato popular del amor en medios de comunicación:
«En las películas románticas se suele ver una ruptura en el clímax. De pronto mágicamente la pareja decide juntarse, dejar atrás sus problemas y vivir felices par siempre. Eso NO pasa en la vida real sin que ambos acuerden regresar y discutan sus motivos de separación previos con madurez (o ante un especialista). Es fácil que todo se transforme en un ir y venir, lo cual no es sano para nadie».
Sí, hay posibilidades de reconciliación, pero pocas veces será definitiva. Mientras más rápido se asimile, mejor.
Ante la tentación de aplicar alguno de los puntos anteriores, Campbell invita a perder el tabú a las terapias y buscar ayuda cuando la rutina o las distracciones no alcancen para dejar ir a la ex pareja.
¿Has pasado por alguno de estos hábitos tras una ruptura? ¡Evítalos a toda costa!
