Un estudio realizado por la Warsaw School of Economics analizó un experimento de la Universidad de Columbia en el que 500 alumnos participaron en una sesión de citas rápidas. Los dos criterios decisivos para invitar a salir a alguien eran qué tan atractivos o inteligentes los consideraban.
Mujeres y hombres encontraban deseable a alguien que fuera visualmente atractivo. La principal diferencia se encontró en que algunas mujeres estaban dispuestas a salir con alguien que no fuera tan guapo, siempre y cuando fuera inteligente. Mientras que los hombres, alcanzaban un punto en el que el conocimiento se volvía en contra de las mujeres.
El psicólogo evolutivo Robert Burriss lo analizó de la siguiente manera. Imagina una joven que en la escala de atractivo obtuvo un 6, es decir, una calificación promedio. Las posibilidades de que la inviten a salir aumentan cuando su inteligencia sube del nivel 2 al 6. Cuando llega al 8, las probabilidades se conservan igual, pero si su sabiduría llega al máximo de 10, las ganas de invitarla al cine disminuyen.
Por decirlo en simples palabras, los hombres se sienten intimidados ante una mujer que tiene un coeficiente intelectual alto, ya que llegan a sentirse menos que ellas.
Es por eso que aún en la actualidad, cuando una mujer es independiente, tiene un trabajo y una economía estable, muchas veces le es más difícil encontrar una pareja, pero tampoco es imposible. Un hombre maduro que sabe lo que quiere, no le afectará el tener a una mujer inteligente a su lado.
Fuente: Vix