Es normal que las personas nos centremos en detalles como la apariencia, el entorno y el desempeño antes de tener sexo.
El sexo es muy divertido y como a todos los seres humanos a nosotras también nos gusta, pero eso no quiere decir que nuestra mente no se invada de dudas y preocupaciones antes de éste o incluso cuando ya estemos en ese momento. La verdad es que ninguna de nosotras estamos locas, es completamente normal que nos llenemos de dudas e incertidumbre antes de hacerlo.
La psicóloga y terapeuta sexual, la doctora Shannon Chávez, dice que es normal que las personas nos centremos en detalles como la apariencia, el entorno y el desempeño antes de tener sexo. El sexo es un acto vulnerable de muchas maneras, por lo que puede producir mucha angustia en nosotras; desde estar desnudas enfrente de otra persona, los ruidos que hacemos o que produce nuestro cuerpo e incluso nuestro aroma y compartir todo eso con alguien más… obviamente es normal estar nerviosas.
1. ¿Cómo me veo?
A todas las mujeres o al menos a la mayoría, nos preocupa demasiado cómo se ve nuestro cuerpo antes del sexo, si nuestra ropa se ve bien, si traemos la ropa interior adecuada y sobre todo, si vamos a parecer atractivas para él.
Aunque es difícil que no pensemos en nuestra apariencia antes de que tengamos sexo, es de suma importancia que dejemos esos detalles a un lado, ya que vamos a provocar distracción y desconexión del momento. Lo mejor será que disfrutemos del encuentro íntimo con nuestra pareja y dejar las preocupaciones de lado.
2. ¿Seré buena en eso?
No importa que no sea la primera vez, siempre que vamos a tener sexo nos estresamos por tener la duda de si realmente somos buenas en la cama. Otra duda que surge en ese momento es si vamos a complacer al 100 % a nuestra pareja. A muchas mujeres les preocupa que su novio no esté satisfecho en su vida sexual y que eso pueda poner en riesgo la relación.
Cuando estamos desnudas y excitadas, nos encontramos en un momento más vulnerable; por lo que tener pensamientos nerviosos significa que nos sentimos de esta forma. Es normal sentir un poco de miedo cuando vamos a tener sexo, pero debemos tomarlo con calma para que todo salga bien, de este modo concentrarnos en nuestra pareja y dejar que las cosas fluyan solas.
3. ¿Me siento verdaderamente de humor?
Si no estamos cómodas o no confiamos en nuestro cuerpo, definitivamente no nos vamos a sentir sexys, lo que hará que nos sintamos con un humor negativo. Pensar en nuestros detalles físicos, nuestro cuerpo y nuestros atributos es completamente normal, lo que no debemos permitir es que estos pensamientos influyan en nuestro estado anímico para que no arruinemos nuestro momento especial. Aunque si no nos sentimos seguras, nada ni nadie nos obliga.
4. ¿Me siento cómoda?
Las malas experiencias sexuales tienden a causar incertidumbre en las que vienen próximamente, lo que nos hace sentir incómodas, aunque también esta sensación depende de otros factores y no forzosamente de un mal momento. Pueden intervenir el lugar en el que estamos a punto de tener relaciones, el trato de nuestra pareja o hasta él mismo nos puede ocasionar incomodidad. Por lo que antes de que algo suceda, debemos estar de acuerdo con lo que está sucediendo si es que en realidad lo estamos; de no ser así, podemos comunicarle a nuestra pareja lo que está sucediendo y hacerle saber con que estamos cómodas.
5. ¿Tendré un orgasmo?
Todo el tiempo nos preguntamos si el sexo que vamos a tener será agradable y si nos va a gustar, sobre todo si nos va a dejar totalmente satisfechas, especialmente justo instantes antes del acto. Así también, es una preocupación justa cuando pensemos en si tendremos un orgasmo o no, lo malo es que no podemos predecir si el sexo nos provocará uno, pero mientras más comunicación y comodidad tengamos con nuestra pareja, mayores serán las posibilidades.
