Si bien las personas con ansiedad reaccionan diferente a la comida, estudios han confirmado que esta condición mental en general promueve el aumento de peso, de acuerdo a WebMD. En este sentido, muchas personas encuentran un consuelo en la comida.
La comida como consuelo
Comer activa la producción de neurotransmisores que potencian el bienestar. Es este el efecto buscado cuando, ante un determinado malestar, algunas personas comen. Como resultado, se crea un círculo vicioso en el que la ansiedad se calma de forma efímera a costa de un fuerte consumo de calorías, como lo explica Calm Clinic. Y luego, viene la culpa por haber comido más de lo necesario o por haber fracasado en realizar las elecciones alimenticias más apropiadas.
A largo plazo, el cuerpo arraiga la comida como un mecanismo de defensa contra la ansiedad.
Consecuencias
Además de favorecer el incremento de peso, este círculo vicioso afecta al cuerpo en diferentes niveles:
- Fortalecimiento de la ansiedad
- Hiperventilación, asociada a la obesidad.
- Deficiencias nutricionales, dada la preferencia por comidas rápidas.
- Falta de energía, pesadez y somnolencia.
Para transformar el comportamiento hacia la comida y aprender a controlar la ansiedad, es recomendable consultar a un psicólogo y a un nutricionista. Ambos profesionales, cada uno desde su esfera de conocimiento, te brindarán las herramientas necesarias para que te superes y sigas adelante.