En marzo se daba a conocer la lamentable historia de Sam Ballard, un joven de 20 años que se comió una babosa por apuesta cuando se encontraba en una fiesta.
Esto sucedió en el 2010 y después de 8 años y llevar una vida como parapléjico, murió.
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Todo un deportista
Además de gustarle la vida social, el joven australiano jugaba rugby.
En esa ocasión celebraban el triunfo de su equipo y por una apuesta que había realizado se comió la babosa cruda y viva. La misma estaba infectada con unos parásitos conocidos como lombrices pulmonares de rata.
La infección hizo que Sam cayera en coma, del cual despertó pasados 420 días. Los médicos descubrieron entonces que el muchacho se había quedado completamente inválido y que tenía dificultades para comunicarse con los demás.
La lombriz pulmonar de las ratas es un parásito que habita en el aparato gastrointestinal de estos roedores, pero que se transmite a través de sus heces a babosas y caracoles.
Lo más habitual es que este parásito solo produzca problemas intestinales en el organismo humano, pero en algunos casos excepcionales también puede provocar meningitis. Y eso es lo que le sucedió a Sam.
Sam no podía alimentarse y necesitaba ayuda para ir al baño. Sí era consciente de lo que sucedía a su alrededor, según informaba su madre. Sus amigos le visitaban con regularidad.
El joven de 28 años murió el viernes, rodeado de su familia y amigos. “Sus últimas palabras a su madre fueron: ‘Te amo’”, publicó ella en línea y agregó que nunca se deben comer los caracoles o babosas crudos.
Además, la madre de Sam comentó que jamás se deben apostar con cosas sin analizar las consecuencias.