Existen otras causas ademas de ir a la cama después de cena, consumir alimentos con bastante calorías y tener poca actividad física que también contribuyen a esos kilos de más y que nos llevan a la frustración porque no vemos ningún resultado
Esas formas de perder peso comiendo menos, no sirven. Como no desayunar o cenar son errores que se cometen ya que se pasaban largas horas sin ingerir alimentos, el cuerpo consume la masa muscular, y esto hace que el metabolismo se vuelva más lento al procesar la comida .
Insatisfacción
Cuando estamos inconformes solemos comer para llenar los vacíos emocionales y no por hambre. Lo peor, es que llevamos comida nada nutritiva al estómago, creyendo que nos hará sentir bien y su efecto es todo lo contrario.
Subimos de peso y creamos un ciclo en donde nos sentimos insatisfechas, otra vez.
Comer distraído
Una práctica que se ha vuelto muy común es no desprendernos del celular o de la computadora, aún cuando llega la hora de la comida pero, si quieres mantenerte en forma debes evitarlo.
Distraernos hace que la mente se desconcentre y que perdamos la noción de las cantidades que ingerimos. ¡Ten cuidado!
Comer con amigos
Los expertos señalan que comemos más cuando estamos disfrutando de una buena compañía, ya sea porque es un momento especial en el que vale la pena salir de la dieta, o porque pasamos más tiempo en la mesa.
¡No te preocupes! Está bien hacerlo de vez en cuando, solo procura que no se convierta en un hábito.
Comprar alimentos en paquetes grandes
A todas nos ha pasado que decidimos comprar paquetes grandes con el fin de gastar menos en el súper, ¿o no?
Lo cierto es que, cuando vemos más de un mismo producto podemos caer en la tentación de ingerir “uno más” y así, terminamos vaciando las grandes envolturas solo por intentar ahorrar un poco.