Los habitantes de una comunidad del estado mexicano de Puebla lincharon y quemaron vivos a dos presuntos secuestradores que sacaron de la cárcel.
Dos hombres de 53 y 22 años, fueron señalados como secuestradores de niños por pobladores, que los detuvieron y entregaron a las autoridades de la comunidad de San Vicente Boquerón, municipio de Acatlán de Osorio, Puebla.
No obstante, la muchedumbre forzó a los policías locales a retirarse de la prisión para sacar a golpes a los dos detenidos, que fueron golpeados y quemados vivos.
Decenas de personas que estaban presentes optaron por tomar video con sus teléfonos móviles para subirlos a las redes sociales, donde el linchamiento se ha convertido en una tendencia en México. Incluso algunos comentaron su malestar de que el hecho se haya hecho viral ya que la propia madre del joven de 22 años vio la muerte de su hijo por ese medio.
El último mensaje de Ricardo
El joven de 22 años era estudiante de Derecho en Veracruz; había regresado a Tianguistengo a trabajar las tierras de su familia, sin pensar que ese día iba a ser el último de su vida.
Fue precisamente ese día cuando, de acuerdo con la declaración de la esposa de su tío, quien también fue linchado junto con el joven, cuando después de una mañana ardua de trabajo, se pararon en Acatlán para descansar, decisión que acabó con su vida.
“Fueron a traer material para seguir trabajando y por el cansancio se pararon en una tienda a tomarse una cerveza y esa fue la causa por la que dijeron que eran secuestradores, los confundieron, inocentemente fueron a ese lugar, no era el momento ni el lugar”, comenta la esposa del hombre de 53 años que fue linchado.
Ricardo y su tío, Alberto, fueron confundidos con secuestradores, al ser señalados por los mismos pobladores, asegurando que estos tenían a bordo de su camioneta a niños robados, por lo cual una turba los bajaron de la unidad y los llevaron al penal, pero no conforme con eso llegó otra multitud más a sacarlos del Cereso si que presuntamente la policía hiciera algo al respecto. A los hoy declarados inocentes, fueron quemados vivos.
Los cuerpos de Ricardo y su tío, Alberto Flores Morales, fueron entregados a sus familiares quienes exigieron justicia, luego del linchamiento del que fueron víctimas.
Ricardo Flores Rodríguez, de 21 años, era estudiante de la licenciatura en derecho en la Universidad Veracruzana, en Xalapa. Apenas el lunes había regresado a Tianguistengo a trabajar las tierras de su familia, sus padres viven en Estados Unidos.
El día que ocurrió su asesinato, publicó en su cuenta de Facebook su último mensaje:
