Los gases que emitimos diariamente, a través de los automóviles, fábricas, entre otros, tienen diferentes vertientes. Una de ellas es el que sean Gases de Efecto Invernadero (GEI), es decir, que emiten y absorben radiación dentro del rango infrarrojo.
Los principales GEI son el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono. Desde 1750, que se marca como el inicio de la era industrial, estas emisiones han ido en un aumento constante, hasta llegar a tener un 40% más de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, lo cual es alarmante.
La radiación térmica que emite la superficie terrestre es capturada por estos gases y luego la irradian hacia todos lados, incluyendo la atmósfera inferior y de vuelta a la superficie, se genera un aumento de la temperatura, y a esto es a lo que se le conoce como efecto invernadero.
Seguramente habrás notado que donde vives hace más calor que antes, o las temporadas de frío y lluvia se han reducido; estos son los efectos, mismos que, de continuar, nos llevarán a un escenario verdaderamente apocalíptico.
Los últimos 3 años han sido los más calientes en la historia del planeta y esto seguirá en aumento, de no hacer algo al respecto. Se estima que en un rango de 10 a 20 años entraríamos a un proceso denominado “Tierra de Invernadero”.
En un estudio de la Academia Nacional de Ciencias, titulado Trayectorias del sistema terrestre en el Antropoceno, se informa que de entrar en esa condición, la temperatura global aumentaría entre 4 y 5 grados centígrados, y en puntos como el Ártico, se elevaría hasta en 10 grados.
Si una buena parte del hielo en la Tierra se derrite, como ya está pasando, el nivel del mar se pudiera incrementar entre 10 y metros, con lo que una buena porción del planeta quedaría bajo el agua.
Además, los cambios climáticos serían drásticos, con sequías muy prolongadas, huracanes, tsunamis y toda clase de catástrofes naturales; es decir, estaríamos muy cerca de la extinción…
Johan Rockström, director ejecutivo del Centro de Resiliencia de Estocolmo y coautor de este estudio, manifestó que si se aumenta en 2 grados centígrados más la temperatura de la Tierra, se entraría en este efecto de forma irreversible.
De forma natural, desde el bosque y el océano también se emite carbono, así que la cosa se complica y queda muy poco tiempo para evitar que la catástrofe suceda, pues un aumento de 2 grados, haría que los sistemas naturales aumentaran sus emisiones. Como dato adicional, para este 2018, la temperatura global de la Tierra ya aumentó un grado…
Al descongelarse grandes extensiones, se liberaría una enorme cantidad de carbono, lo que aceleraría el proceso de calentamiento. Además, tenemos el problema de reducción de la selva amazónica y los bosques, es decir, estamos dejando prácticamente desprotegida a la Tierra.
Rockström manifestó que sucedería un efecto dominó, en que una situación desencadenaría otra y otra, hasta que fuera incontrolable… una vez que comience, dijo, ya no se podrá detener…
Necesitamos ser administradores planetarios responsables en los próximos diez años. Este es el mayor problema de seguridad global de todos los tiempos.
