Los calambres son contracciones espasmódicas involuntarias de un músculo o grupo de músculos. Son dolorosas y transitorias, aunque representan un problema común, sobre todo en miembros inferiores como las piernas. Algunos factores que pueden derivar en calambres son:
Deshidratación
La pérdida de electrolitos (minerales presentes en la sangre y otros líquidos corporales que llevan una carga eléctrica) también ocasiona desequilibrio de calcio, sodio, magnesio y potasio. Cuando sudas además de agua también se eliminan minerales importantes, por eso es importante tomar agua durante el ejercicio. No sólo para hidratarte, también para evitar calambres.
Ejercicio intenso
La sobre excitación de los nervios ante la actividad física intensa genera calambres. No sólo por la intensidad del ejercicio, más bien por la falta de calentamiento previo.
Carencias nutricionales
El déficit de nutrientes, por ejemplo de vitaminas C y D, así como de minerales que mantienen la estructura muscular, potasio, calcio, sodio y magnesio, son causa de este movimiento de contracción.
Embarazo
Los calambres durante el embarazo son frecuentes, sobre todo en el segundo y tercer trimestre. Durante esta etapa se aumentan los requerimientos de potasio y magnesio,, si hay deficiencia de estos minerales podría haber presencia de calambres.
Fatiga
Cuando los músculos no se han recuperado de una actividad intensa, el cansancio hace que se pierdan nutrientes, lo que produce calambres.
Recomendaciones para evitar calambres:
Tomar mucha agua, sueros y bebidas con electrolitos, así como el consumo de alimentos ricos en minerales como verduras de hoja verde (espinacas, berros y acelgas), frutos secos o apoyarse con algún complemento alimenticio.