La cura para la adicción a la cocaína podría estar en un ácido estomacal. Esto es lo que un nuevo estudio ha descubierto.
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Los investigadores descubrieron que los ácidos biliares parecen interactuar con el sistema de recompensa de la dopamina en el cerebro, que se ilumina cada vez que se experimenta algo placentero. Para probar esta hipótesis, los investigadores hicieron lo mismo que en el estudio de alimentos, pero con un estímulo mucho más atractivo: la cocaína.
En este sentido, un grupo de ratones adictos fueron sometidos a la cirugía de derivación biliar a fin de incrementar las concentraciones de ácidos biliares. Posteriormente, los investigadores observaron su comportamiento y descubrieron que, después de la intervención quirúrgica, los ratones redujeron su comportamiento de búsqueda de drogas, un indicativo de que la cocaína fue menos gratificante.
Al analizar sus cerebros, se pudo evidenciar que después de recibir una porción de la droga, los ratones presentaban niveles más bajos de dopamina, un claro indicio de que el tratamiento había reducido los efectos placenteros de la droga.
Los autores luego administraron un medicamento, llamado OCA, que imita el efecto de la bilis en su receptor en el cerebro, llamado TGR5. Descubrieron que el fármaco imitaba los resultados de la cirugía relacionados con la cocaína en ratones no tratados, y reforzaba el caso de que los efectos de la cirugía se debían a niveles elevados de ácidos biliares.
“Estos hallazgos redefinen la importancia fisiológica de la señalización de ácidos biliares y resaltan la importancia de determinar si los análogos de ácidos biliares representan un tratamiento farmacológico viable para el abuso de cocaína”, comentó el investigador Aurelio Galli. Este estudio también contribuye a una mayor comprensión de cómo la señalización intestinal influye en las funciones cerebrales centrales de orden superior
Fuente: Daily Mail.