Una mujer “embarazada” fue ignorada por los viajeros que se negaron a ceder sus asientos en el metro durante una ola de calor veraniega.
Anna Whitehouse viajó en el metro de Londres con un bebé falso como parte de un experimento sobre las actitudes de los británicos hacia las mujeres embarazadas.
Solo cuatro de cada 10 pasajeros ofrecieron renunciar a los asientos cuando vieron a Anna de pie y un quinto hombre solo estuvo de acuerdo cuando ella le preguntó directamente.
La madre de dos dijo: “Encuentro que la gente está demasiado absorta en sus teléfonos como para estar al tanto de su entorno, o no ofrece su asiento a menos que se le pida”.
“Animaría a cualquiera que necesite un asiento en el transporte público a usar una insignia y hacer contacto visual. Si eso falla, no sufras en silencio, ¡pide uno!”, agregó.
Mientras que Anna se quedó parada con más frecuencia que eso, una encuesta reveló que seis de cada diez británicos dicen que dejarían sus asientos para una mujer embarazada en su viaje diario a la mañana.
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