El Rey del Pop se volvió “errático” en los últimos días de su vida y le confió a sus amigos sus preocupaciones sobre sus próximas 50 noches en el O2 Arena de Londres.
Vivió episodios paranoia y Michael Jackson incluso sugirió que podría comenzar a usar un chaleco antibalas en el escenario durante los shows en medio de temores de asesinos.
Y todo esto condujo a una sobredosis que llevó a su médico a prisión durante dos años por homicidio, de acuerdo con Matt Fiddes.
El ex guardaespaldas del famoso y amigo cercano le dijo a Daily Star Online acerca de los días finales de la estrella antes del noveno aniversario de su muerte.
Fiddes reveló que la última vez que vio a Jackson en persona fue durante un viaje para ver a Oliver Twist en Londres con su amigo y actor Mark Lester.
El trío terminó comiendo pescado y papas fritas, la comida favorita del aclamado artista mientras estaba en el Reino Unido.
Según el excuidador, Jackson le confió sus preocupaciones sobre la gira, pero creía que tenía que hacerlo para mantener a sus hijos.
Michael estaba atrapado en una deuda de 384.89 millones de dólares en el momento de su muerte, y quería asegurarse de que su familia estuviera segura.