Seguramente la persona que se muere por ti es la peor en el fino y antiguo arte del coqueteo, ya que apenas el 36 % de los hombres y el 18 % de las mujeres son capaces de notar correctamente las señales que indican que alguien más quiere una relación. Lo curioso es que ambos sexos suelen enfocarse tanto en la forma de interactuar que lo que perciben es realmente difícil y complejo. En cambio, lo más obvio y sencillo pasa desapercibido.
Esto se debe a que la habilidad humana para detectar ciertas cosas —como el coqueteo— se enfoca en complejidades puesto que se necesitan pruebas fehacientes de que alguien está interesado o de lo contrario se convierte en algo casi banal. Sin embargo, la respuesta está en los detalles simples, en acciones sencillas y momentos únicos que han aparecido en tu vida sin avisar:
Pone atención a lo que platicas y en conversaciones posteriores dice alguna frase o chiste respecto a tu mascota de la infancia, los juegos con tus hermanos o la comida de tu mamá.
Encuentra temas en común para no quedarse callados, incluso aprende de temas que desconoce para romper el hielo.
Sonríe constantemente.
Cuando están en grupo, evita mirarte o dirigirse a ti.
Trata de hacer contacto físico a cada momento: desde roces sencillos, golpecitos o se postra muy cerca de ti sin moverse por un lapso.
Tiene miradas intermitentes y las desvía en momentos específicos.
Se toca el rostro y el cabello constantemente.
Se da cuenta de tus cambios de look o cuando usas ropa nueva.
Se preocupa por ti.
Likea tus fotos, pero las selfies le “encantan” o comenta cada una de ellas.
Intenta hacerte la plática y evita por completo los silencios incómodos.
Habla de lugares que quiere visitar el fin de semana, los cuales son una invitación sutil.
Hace apuestas contigo en las que la recompensa es una salida a comer, a beber algo o a un lugar especial.
Alaba tus prendas o accesorios nuevos.
Te hace bromas sin sentido, te cuenta chistes o juega contigo para verte sonreír.
Intenta estar contigo a solas y cuando sucede, te toma la mano, el cabello o el rostro. Se acerca a ti, te da pequeños obsequios o acciones similares.
Cuando pasa junto a ti, bromea con algunos chistes o palabras muy específicas.
De pronto comienza a escuchar a tu banda favorita.
Te sugiere una lista de películas de terror y te pide algunas recomendaciones, además te pide que vayan a ver algún filme en especial.
Si salen a comer, deja que tú elijas el lugar o la especialidad y te dice frases como «uy, debo acostumbrarme a comer pizza más seguido si quiero estar contigo» o «Dejaré el refresco por nuestro bien».
Nunca habla de otras conquistas o de personas con las que sale en el momento. Si tocan el tema del amor siempre hará alarde de la gran pareja que es o de sus experiencias previas, las cuales califica de absurdas.
Te da obsequios sencillos, pero significativos como dulces, un café o un par de galletas.
Te habla de lugares que pueden visitar juntos o de sitios que “casualmente” tú quieres visitar.
Es servicial en todo momento.
Te escribe antes de dormir o se queda online hasta muy tarde. A veces despiertas con un mensaje de buenos días.
Te etiqueta en publicaciones que sólo ustedes dos entienden o que hacen referencias a las pláticas que tuvieron durante el día.
