A sus más de 70 años, Miguel Macías camina sonriente en una iglesia mientras recibe la felicitación de algunos feligreses.
Los cumplidos lo valen, pues ha invertido las últimas dos décadas en llevar la emblemática Capilla Sixtina a un humilde barrio de Ciudad de México, donde pocos pueden visitar Roma.
Una pura coincidencia fue la que llevó a este diseñador jubilado a pintar una réplica exacta de la más célebre obra de Miguel Ángel (“Michelangelo”) en el techo de la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el noreste de la capital mexicana.