Los padres salvaron la vida de su hija cuando se percataron que algo no estaba bien con su sonrisa.
¿Qué había de malo?
Megan Evans, que tenía solo siete años en ese momento, fue diagnosticada con un tumor cerebral que casi la cegó después de que su madre y su padre descubrieran que su sonrisa estaba “torcida” en Halloween.
La joven, que es descrita como “muy extrovertida” y ama el drama y la gimnasia, soportó una operación de 12 horas en un intento por eliminar la masa en su cabeza.
Ahora, cuatro meses después, ella está luchando contra el tumor. Sin embargo, ella se quedó con solo un tres por ciento de visión y tiene que usar un bastón blanco para caminar.
El papá comentó: “Megan ahora ha comenzado a aprender Braille, por lo que tuvo que asimilar muchísimo y adaptarse. Estamos muy orgullosos de ella por la forma en que reaccionó”.
Megan, ahora de ocho años, fue llevada al hospital por su padre, de 34 años, y su madre, Charlene, de 27, después de que notaron que su sonrisa era “un poco diferente” y que “había algo que no estaba del todo bien”.
Se cree que las acciones rápidas de sus padres salvó su vida.
Megan se sometió a la operación en su cerebro en noviembre del año pasado en el Royal Hospital de Glasgow para Niños Enfermos y el cirujano logró extirpar el tumor.
Pero la joven, que vive en Glasgow, se ha quedado con una visión “significativamente afectada”. Sus padres dicen que hay una cirugía que puede restaurar su vista, pero no está disponible en el Reino Unido.
El mes pasado, su familia creó una página de Facebook para recaudar dinero en efectivo para que la cirugía se realice en Berlín, Alemania. Alrededor del 30 por ciento de las £ 5,000 necesarias se han recaudado desde entonces.
Jason dijo: “Megan realmente se ha adaptado valientemente a esto. De hecho, ella se ha adaptado mejor que sus padres. Estamos muy agradecidos con las personas que han donado y junto con Megan queremos crear conciencia de lo que puede suceder de manera muy repentina”.
Recordando los síntomas de su hija, agregó: “Sucedió de repente. Era Halloween. Noté que su sonrisa era un poco diferente. Había algo que no estaba del todo bien. Charlene y yo decidimos llevarla al hospital. Nos dijeron que los síntomas apuntaban a un tumor cerebral. Temíamos lo peor”.
Agregó que luego le dijeron a él y a Charlene que “el tumor era del tamaño de una mandarina”.
“Megan pasó por 12 horas de una operación y una vez que salió por el otro lado, no estaba hablando. Finalmente ella comenzó a hablar, pero fue como una charla de bebé “, dijo. “Entonces, por suerte, comenzó a hablar normalmente otra vez”.
Por el momento la pequeña se encuentra en recuperación.
