“Es una masacre”. La explosión de una ambulancia bomba este sábado en Kabul -reivindicada por los talibanes- causó al menos 63 muertos y 151 heridos, además de sembrar el pánico en un barrio muy concurrido de la capital afgana.
“El último balance que tenemos es de 63 muertos y 151 heridos” pero podría aumentar porque hay heridos “en estado crítico”, anunció Baryalai Hilali, director de comunicación del gobierno.
“Es una masacre”, afirmó en Twitter Dejan Panic, coordinador de Emergency, que acompaña el mensaje con fotografías en las que se ven víctimas en los pasillos, en el patio y sobre el césped del establecimiento, a la intemperie.
Según el ministerio del Interior, “cuatro sospechosos fueron detenidos en el marco de la investigación” sobre este atentado, el más mortífero desde la explosión de un coche bomba en mayo (150 muertos, 400 heridos).
Los hospitales están desbordados y envían a los pacientes de un establecimiento a otro. El de la oenegé italiana Emergency se vio obligado a instalar colchones en el suelo.
Por el momento se desconoce si el balance oficial toma en cuenta a estos heridos.
El atentado fue reivindicado por el portavoz de los talibanes Zabihulá Mujahid en WhatsApp: “Un mártir hizo estallar su coche bomba cerca del ministerio del Interior donde había numerosas fuerzas policiales”.
“El suicida usó una ambulancia para pasar los controles. En el primer control dijo que transportaba a un paciente al hospital Jamuriat”, explicó a la AFP Nasrat Rahimi, portavoz adjunto del ministerio del Interior. “La ambulancia estaba estacionada en el aparcamiento del hospital Jamuriat; intentó pasar los controles hacia el ministerio del Interior, el Alto Consejo de la Paz pero el suicida fue detectado por la policía y se hizo saltar por los aires”.
La explosión fue de tal potencia que sacudió a la capital. Las ventanas de la oficina de la AFP, situada a casi dos kilómetros, vibraron; los vidrios de “Chicken Street”, la calle de los anticuarios a unos cientos de metros, saltaron en mil pedazos, así como los de todos los barrios a cientos de metros a la redonda.
Un fotógrafo de la AFP que acudió al lugar vio muchos cuerpos de víctimas ensangrentadas, “muertos y heridos” en las aceras y a habitantes ayudando a evacuarlos.
Muchas de las víctimas, entre las que figuran niños, están siendo tratadas en el hospital Jamuriat, que no da abasto.
Ocho muertos en un ataque "por error" de la coalición contra fuerzas iraquíes.
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— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) January 27, 2018
– Charcos de sangre –
“Vi charcos de sangre”, confirmó un testigo, que se desmayó por la potencia de la explosión, en medio de escombros esparcidos sobre la calzada.
“Es una masacre”, afirmó en Twitter Dejan Panic, coordinador de Emergency, que acompaña el mensaje con fotografías en las que se ven víctimas en los pasillos, en el patio y sobre el césped del establecimiento, a la intemperie.
Emergency, especializada en cirugía de guerra, ha informado que no puede acoger a más pacientes.
“En el hospital Jamuriat nos dijeron que tenían a muchos muertos y heridos y nos enviaron a Emergency. Pero aquí también están desbordados, no les queda sitio. Piden a la gente cuya vida no peligre que vaya a otro hospital”, contó a la televisión Ariana News un hombre que llevaba a su hermano herido y al que se le murió un amigo.
Cundió el pánico. Los vidrios se hicieron añicos y fueron proyectados a cientos de metros a la redonda y un edificio situado cerca del hospital Jamuriat se agrietó y amenaza con derrumbarse, informó el fotógrafo.
El atentado se produjo delante de uno de los retenes que protegen la entrada a una avenida por la que se accede a varias instituciones: el ministerio del Interior, la sede de la policía, la delegación de la Unión Europea y el centro de secundaria Malalai.
El Alto Consejo de la Paz, encargado de las negociaciones con los talibanes (actualmente bloqueadas) estima ser el principal blanco del ataque.
Los miembros de la delegación europea fueron puestos a resguardo en la sala blindada habilitada para este tipo de situaciones.
El miedo a un atentado con ambulancia era real. Un periodista de la AFP que pasó por esa calle una hora antes de la explosión vio cómo se daba el alto a todas las ambulancias que se dirigían al hospital Jamuriat. Verificaban una a una mientras “el chófer esperaba a un lado”, precisó.
El nivel de alerta es alto en Kabul, sobre todo en el centro y en el barrio de las embajadas y de las instituciones extranjeras.