Provocan accidentes de carretera, arrasan jardines y merodean por algunos barrios al caer la noche. Nunca antes los jabalíes se habían sentido tan cómodos en Berlín, donde han llegado para quedarse.
“Mucha gente me dice: allá donde voy, veo jabalíes”, cuenta Derk Ehlert, portavoz del ayuntamiento de Belrín y gran especialista en fauna salvaje.
Sin embargo, nada indica que su número -pese a ser importante- haya aumentado fuertemente en los últimos años: se estima que hay en torno a 3.000, con picos que alcanzarían los 8.000, según él. No existe un censo exacto.
En cambio, su comportamiento “ha evolucionado enormemente”, afirma.
“Ya no son tan miedosos, a veces incluso se los ve durante el día”, mientras que normalmente prefieren las salidas nocturnas. “Se acercan a los humanos, se dejan ver en los parques”, explica.