El templo de la Santa Muerte de Tultitlán, en el céntrico Estado de México, cumplió hoy diez años con cientos de devotos que rindieron culto a la imponente figura que domina el espacio, la imagen de la “Niña blanca” más grande del mundo.
Con 22 metros de altura y seis metros de base, una gigantesca estatua se erige en este municipio colindante a la capital mexicana.