Andrew Bird y Stephanie Jarvis tienen una relación sentimental como cualquier otra.
Se conocieron cuando Stephanie trabajaba de mesera en un restaureante. Andrew llegó a cenar y le pidió el número teléfono a la chica, ella accedió y no pasó mucho tiempo hasta que una fuerte atracción se gestó entre ambos.
Para ellos no había ningún problema. Los 21 años que los diferenciaban no fueron impedimento para que la relación comenzara a solidificarse. Él tenía 43 y ella 24.
Pero, a pesar del vínculo amoroso que se creó genuinamente entre ambos, la gente no quiso abstenerse de insultarlos cada vez los veían besarse y tomarse de la mano en la ciudad. A él lo llamaban pedófilo y a ella le decían que sólo estaba con Andrew por su dinero.
Las cosas se complicaron mucho para ambos, sin embargo, no permitieron que los obstáculos fueran un limitante real a la hora de estar juntos. Entonces se comprometieron.
Además de los insultos, Andrew cuenta que la mayoría de las veces la gente cree que son padre e hija. Eso es lo que genera molestia y luego las ofensas.
Aunque la ley establece que las relaciones amorosas son legítimas ante la justicia siempre y cuando ambas partes ya hayan cumplido la mayoría de edad,la opinión social puede llegar a ser incluso más perturbadora y limitante que el hecho de rozar en la ilegalidad.
¿Crees que la edad importa para el amor?