El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció el miércoles a Jerusalén como capital de Israel, una decisión histórica que rompe con décadas de diplomacia estadounidense y amenaza con desencadenar una escalada de violencia en Medio Oriente.
“Es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel”, declaró el gobernante desde la Casa Blanca, considerando este paso como “condición necesaria para lograr la paz” y llamando a que la “calma y la “tolerancia” prevalezcan sobre el odio.
La declaración, que recibió una fuerte condena internacional, pone fin a siete décadas de ambigüedad diplomática sobre el estatuto de una ciudad que alberga los lugares sagrados de las tres grandes religiones monoteístas, y es reclamada como capital tanto por israelíes como por los palestinos.
Aunque el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo que era “una decisión valiente y justa”, la medida tomada por Trump deja profundas dudas sobre el futuro del ya tambaleante proceso de paz en la región.
Para el presidente palestino, Mahmud Abas, Estados Unidos perdió su papel histórico de mediador de paz entre palestinos e israelíes, mientras que Hamas, el movimiento islamista palestino que controla la Franja de Gaza, dijo que Trump “abrió las puertas del infierno”.
La preocupación de la comunidad internacional llevó a que el Consejo de Seguridad convoque para el viernes a una reunión de emergencia para bordar el tema, a pedido de ocho estados miembro.
Trump también anunció el inicio del proceso de trasladar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén.
El mandatario cumple así una promesa de campaña apoyada por los cristianos evangélicos y los votantes judíos de derecha, así como por los donantes, pero sobre todo, dijo, marca el inicio de un “nuevo enfoque” para resolver el espinoso conflicto.
I have determined that it is time to officially recognize Jerusalem as the capital of Israel. I am also directing the State Department to begin preparation to move the American Embassy from Tel Aviv to Jerusalem… pic.twitter.com/YwgWmT0O8m
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 6, 2017
Sus predecesores, desde Bill Clinton hasta George Bush, hicieron promesas electorales similares, pero las desecharon al asumir el cargo. “Muchos presidentes dijeron que harían algo y no hicieron nada”, dijo Trump poco antes de su discurso.
“Días de furia”
La declaración de Trump deja a muchos aliados estadounidenses y dirigentes de Medio Oriente molestos tratando de encontrar una respuesta mesurada y esperando que la región, convertida hace mucho en un polvorín, no sea epicentro de un nuevo derramamiento de sangre.
Turquía calificó la decisión de “irresponsable” e ilegal, en tanto Jordania dijo que era “una violación del derecho internacional” e Irán sostuvo que “provocaría a los musulmanes y causaría una nueva intifada”.
Mientras en Europa, Gran Bretaña consideró que la medida “ayuda poco”, Francia la vio “lamentable” y Alemania dijo que “no apoya” la decisión.
El traslado de la embajada de Estados Unidos probablemente demorará años en implementarse, pero las repercusiones de la decisión de Trump precedieron incluso su anuncio.
Cientos de palestinos quemaron banderas estadounidenses e israelíes y fotos de Trump en la Franja de Gaza, mientras estallaron enfrentamientos relativamente pequeños cerca de la ciudad de Hebrón en Cisjordania.
Los palestinos convocaron a tres días de protestas, o “días de furia”, a partir del miércoles.
Los funcionarios estadounidenses y sus familias fueron llamados a evitar la Ciudad Vieja de Jerusalén y Cisjordania.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, convocó a una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica (OIC), el principal organismo panislámico, en Estambul la próxima semana, para tomar una acción conjunta.
Jordania y los palestinos también pidieron una reunión de emergencia de la Liga Árabe.
ONU contra “medida unilateral
La mayoría de la comunidad internacional no reconoce formalmente a Jerusalén como la capital de Israel, insistiendo en que el tema solo puede resolverse durante las negociaciones, un punto reiterado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras la decisión de Trump.
"La cuestión del estatus de Jerusalén debe ser resuelta en negociaciones directas entre Israel y Palestina": declaraciones de @antonioguterres sobre el proceso de paz en Oriente Medio. pic.twitter.com/AiW3jPnVYt
— Naciones Unidas (@ONU_es) December 6, 2017
Guterres implícitamente criticó a Trump, enfatizando su oposición a “cualquier medida unilateral que ponga en peligro la perspectiva de paz”.