Enamorarse es uno de los grandes misterios de la vida, pero ahora los científicos creen que este sentimiento extraño podría ser la clave de nuestro éxito evolutivo.
Por primera vez, los investigadores han encontrado evidencias de que “la selección promovió el amor en la evolución humana”, ya que aumentó las posibilidades de que se tengan familias.
Los científicos estudiaron a los hadza de Tanzania, que no usan anticonceptivos modernos, y descubrieron que las asociaciones apasionadas se asociaban con tener más hijos.
Sigue investigaciones anteriores que encontraron que el amor pudo haber evolucionado para evitar que los primates mataran a sus bebés.
En las sociedades modernas, factores como la contracción interrumpen el vínculo entre el amor y la cantidad de hijos, por lo que los investigadores observaron a los cazadores-recolectores llamados Hadza.
Se cree que sus vidas han cambiado poco en los últimos diez mil años y, por esta razón, pueden dar una idea de la evolución temprana del amor entre nuestros antepasados prehistóricos.
La investigación dirigida por el Dr. Piotr Sorokowski en la Universidad de Wroclaw analizó tres componentes para medir la profundidad del amor: intimidad, pasión y compromiso.